La fortuna de tener distintos escenarios.
Abrimos el abanico de sonidos, la escena melódica de la
novela.
Al personaje de Daniel Carter que llega a la España de los años 50, le supongo, lo que ya es suponer, un oído acostumbrado a The ToKens (The lion sleeps tonight) o Bobby Darin (Dream Lover)
El contraste tuvo
que ser considerable al encontrarse en España con melodías populares como las de Jorge Sepúlveda (Tres veces guapa)o Marife de Triana (Sevillanas de la Giralda) Que cada cual juzgue según sus
gustos.
Existe todo un género musical, o forma melódica de traducir
la experiencia vital del mundo misional hispano en América. Un ejemplo que me
gusta, Juan Gutiérrez de Padilla(Tambalagumbá) Algo así pudo sonar entre los muros de estas misiones
franciscanas, seguro. Pero si tengo que decantarme por una melodía, si me
planteo cual tiene mayor poder de seducción y convicción, sin duda yo acabaría
de J. Irons en la Misión (Gabriel´s
Oboe), gracias Morricone.
(Me he tropezado con Stejepan Hauser, de 2Cellos, haciendo una versión orquestal y no me he resistido)
Y para la verdadera prota. de la novela, Blanca Perea,
chutes sonoros de esperanza. Melodías que con su belleza nos devuelven el
optimismo y la fe en la humanidad, la creencia en que todo es posible y
merecedor de intentarse, de que vale la pena levantarse todos los días para
disfrutar, una vez más, de lo bueno que la vida nos ofrece. Verdaderamente
agradecida por ello.
The Piano Guys
Live at Red Butte Garden
- Beethoven's 5 Secrets. Gotas de la energía de Beethoven y la elegancia de The Piano
Guys.
Y para acabar por todo lo alto, un recuerdo a Lou Reed (Sweet Jane) Infalible.
Mil gracias a mi asesor musical.
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