CONTRASTE SINCRÓNICO
En los días claros, en los
transparentes, esos que parecen
diseñados para ser perfectos, esas ocasiones en las que la Naturaleza lo hace de
lujo, parece imposible que el hombre consiga acabar con el milagro. Prohibido
matar y morir en un día así. Imposible morir en un jornada diseñada por la
Naturaleza para ser perfecta. Si, aun con todo, la muerte aparece, se produce
un desajuste entre el universo natural y el rey de la creación.
Con esta admiración por los contrastes caprichosos en el tiempo y el
espacio, nos vamos a Londres. 1910, Exposición sobre pintura francesa en la
Manes, Cézanne, Gauguin y Van Gogh dejan al personal con la boca abierta.
Mientras tanto, políticos y militares organizando cómo acabar con el enemigo, y de paso, con media Europa.
1918, Renoir pinta sus bañistas, está en el final de su producción artística.
En el frente se inmortalizan escenas como ésta.
Todo esto sucede en
sociedades con valores similares y culturas compartidas. Todo a escasos km.
En esta sociedad, y centrándonos
en el arte, artistas coetáneos, interpretaron la realidad que les rodeaba de
muy diferente manera. Ajenos a las tribulaciones de sus gobernantes y centrados
en su quehacer artístico ,algunos; otros, dejándose influenciar por la
efervescencia social de esa época. En conjunto, aportando miradas personales y
muy diferentes, contribuyeron a crear una de las páginas más brillante de la
historia del arte de principios del S. XX: las vanguardias pictóricas.
Contexto de las vanguardias artísticas
De las vanguardias a la postmodernidad
A la par, la recién estrenada
disciplina fotográfica obtenía unos resultados fabulosos. Arte y documento
histórico. Expresión, sentimiento, testimonio. Todo en blanco y negro, muy
expresivo. Imágenes que cuentan más que lo reflejan.
Fotos en periódicos “Le miroir” o “L´Ilustration”, testimonio gráfico del que
participa un personaje de la novela de Echenoz.
AInstantánea de la Tregua de Navidad de 1914, entre los soldados alemanes y británicos en Ploegsteert (Bélgica) / IMPERIAL WAR MUSEUM (Q11745)ñadir leyenda |
IWMLondonFirst World War. (De obligada consulta)
Limpieza del frentes. 1917. Givord |
En esta ocasión, el día soleado,
esperanzador, que suponen las vanguardias, es un contrapunto que da aire,
necesario para seguir respirando dentro de tanta desolación. Louis Barthas
puede que no estuviera de acuerdo. No le gustaban ni siquiera los monumentos a
los caídos “No daré mi óbolo, salvo si
esos monumentos simbolizan una protesta vehemente contra la guerra, contra el
espíritu de la guerra. No daré mi contribución si son hechos para exaltar o
glorificar la muerte o para incitar a que las futuras generaciones sigan el
ejemplo de estos mártires involuntarios” Tenía pleno derecho a eso y a más.
Pero que la vida sigue es un hecho evidente, que junto a un día luminoso hay
una desgracia en ciernes, también. Mientras sueñas con un Sisley o un Picaso, a
su lado, puedes colgar una fotografía desoladora en blanco y negro. Así es y
así es quizá bueno que sea. Eso sí, tomando buena nota de todo, que la memoria
es muy desmemoriada.
Albert Herter |
“Sombreros, bufandas, ramilletes, pañuelos, se agitaban en todas
direcciones, algunos introducían cestas de comida por las ventanillas de los
vagones, otros estrechaban en sus brazos a sus retoños, los ancianos y las
parejas de abrazaban, las lágrimas inundaban los estribos, como puede
apreciarse actualmente en París en el vasto fresco Albert Herter, el vestíbulo Alsace de la gare de l´Est” (14, Jean Echenoz)
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