CONSECUENCIAS COLATERALES
Oslo, deutsche Kfz Panzer |
Nuevamente de bruces con la
guerra, la II Guerra Mundial. ¡Es tan fácil hablar de historias personales de
gente anónima europea durante la segunda mitad del s.XX, tirar del hilo y
acabar topándote con la guerra¡ Llegar
hasta 1945 y darte cuenta del precio de la paz. De las consecuencia inevitables
y de aquellas presentadas como tales. De esa historia mínima, con nombres y
apellidos que a fuerza de repetirse en poblaciones enteras, en centenares de
individuos, dejó de ser menor y anecdótica. Pues en ese Big Bang europeo nos
encontramos, y concretamente en la ocupación nazi de Noruega en 1940.
Ocupación, que por definición es
un atropello indeseable, una mayúscula injusticia para sus legítimos
ciudadanos. Allí, y considerándose su población
raza aria, se puso en práctica el “programa” Lebensborn (Fuente de
vida). Gracias a él, nacieron, fruto de uniones entre soldados alemanes y
mujeres noruegas, miles de niños. Puro producto raza aria. Un viva por la
eugenesia y el darwinismo social. Pero ¿alguien pensó en la infancia, juventud,
madurez, vejez… de ese combinado genético exitoso hecho persona una vez que los
ideólogos tuvieron la mala pata de perder la guerra? En ese momento comienzan
los problemas serios, en muchos casos dramáticos, para esa generación diseñada
para ser el top racial europeo.
En los años 90, y relacionado con la caída del
muro, posiblemente la política
internacional no había creado hasta entonces el clima adecuado para avisar a la justicia y
viniera rapidito, asociaciones de afectados, periodista, llamaron a la puerta
de la justicia universal ¡Vamos despierta¡ una cosa es ser ciega y otra dormir
el sueño de la bella durmiente. Esta se manifestó en forma de Tribunal de
Estrasburgo.
Si toda esta historia que arranca
en 1945, aprox., y llega hasta nuestro
anuario actual (no hay que olvidar que muchos de esos protagonistas están
todavía vivos), no fuera lo suficientemente oscura y terrible, en la película
debemos añadir otro componente igualmente inquietante y peligroso: la STASI. La
policía secreta creada en la RDA para saber en qué momento respiraba cada uno
de sus ciudadanos y en qué dirección lo hacían. Esa policía de ese país
inexistente antes de 1945.
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