En ese deseo tan nuestro por
condensar, definir y aprehender todos los aspectos de la realidad que nos
rodea, nos atrevemos con conceptos tan escurridizos como qué es la belleza, esa que aparece en cualquier forma
de arte. Y nuevamente me quedo con el Reverte observador y degustador. Atentos:
“Voy a la Galería de la Academia, donde
hay una exposición de dibujos de Leonardo da Vinci, algunos de ellos nunca
mostrados. La verdad es que la mayoría son bocetos y estudios, muy pequeños por
lo general, pero la mano del genio resplandece en todos. –La pintura es una
poesía que se ve no se siente-,
escribió. Yo no estoy seguro de que eso sea cierto, porque a mí me emociona muy
a menudo. Pero, viendo sus dibujos, lo que sí creo es que la belleza, antes que
otra cosa, en un concepto. Mientras que Rafael mira el mundo con delicadeza y
Miguel Ángel con furor, Leonardo transmite en sus dibujos una honda serenidad.”
(J. Reverte, Un otoño romano)
De esta manera, y en un puro
jugar, voy poniendo a prueba mi sensibilidad para captar la belleza de algunas
obras artísticas vistas por Reverte en su viaje (tendría que haberlas visto yo,
bueno lo obvio)
Castillo de Ashford
(s. XIII)
PODER, delimitado,
contenido y exhibido a través de su factura en piedra. Autoridad que sobresale
a su entorno
Newgrange y Colina de Tara
TRANSCENDENCIA, deseo de
permanencia. Sobrecogen por su antigüedad, por la grandiosidad y la sencillez
que desprenden. ¡Estos constructores prehistóricos, qué ambiciosos!
Jack Yeats en la Nacional Gallery
of Ireland
BRIO, colorido que construye
formas para luego disolverse ante tanta energía.
La familia Yeats, pintores y
poetas. Me fijo en Jack.
Y aunque Reverte no lo dice, yo
no me iría de Dublín sin pasar una tarde en la biblioteca del Trinity Collage,
contiene libros miniados que son auténticas joyas: la miniatura medieval
irlandesa.
EXPRESIONISMO, un derroche de comunicación a través de la
línea y el color. Dos dimensiones conmoviendo.
Termino con la artista inconsciente: la Naturaleza. Un
último paseo por la Calzada de los Gigantes en las costas de Antrium, norte del
Ulster.
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