MÚSICA
Incluso las situaciones
inquietantes, turbias, dañinas tienen su banda sonora, y eso que la música no sabe ni entiende de
maldad ni de crueldad encubierta. Es neutra en sus intenciones, se resiste a
ser manipulada, va dirigida al sentimiento y no a la razón, y su alcance es
internacional, sin barreras geográficas o de edad, llega a todo el mundo. Pocas
creaciones humanas tienen su alcance e intensidad.
Pues bien, empecemos por el
principio, la apuesta de la directora Lucia Puenzo. Su película tiene la música
de Daniel Tarrab y André Goldstein.
Una naturaleza salvajemente dura
y bella en la que el hombre se encuentra insignificante, desvalido, junto con interiores arquitectónicos inquietantes. Esos escenarios son en los que se mueven los protagonistas ¿el mundo de Philip Glass y su Metamorphosis 2?
Algunos de los personajes de la
peli seguro que apreciarían la fuerza y belleza de las obras de Wagner (Ride ofthe Valkyries), autor ensalzado por la ideología nazi (Woddy Allen, con ese
sentido del humor ácido del que hace gala, ha comentado en alguna ocasión que
oyendo a Wagner le entran ganas de invadir algún país). Otros, seguramente, se quedarían
con los ritmos y la calidez de otras piezas con una sonoridad quizás más
próxima, Huapango de José Pablo Moncayo
Y, aprovechando el poder de la
música, yo en aquellas cumbres majestuosas escucharía al piano de Havasi y su Lacrimosa, triste y esperanzada aún tiempo.
Pero hay que terminar con la cabeza bien alta, mirando hacia delante, digiriendo todos los
asuntos turbios del mundo y confiando ¿qué si no? ¡Ayúdanos Coldplay!
Mil gracias a mi colaborador
Mil gracias a mi colaborador
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