¡QUÉ OSCURIDAD!
Estoy paralizada. Me he quedado
sin aliento, sin movimiento y sin capacidad de reacción. Pensaba que podía
manejar el paquete básico de la economía del capitalismo, todo ese conjunto de
conceptos tan elevados que explican sistemas económicos, estructuran
países y que nos permiten al común de
los mortales ir de vacaciones o no. Pues bien, hay mucho más de lo que ni en
mis peores sueños había imaginado. Requieren una gran dosis de imaginación para comprender la
relación entre el concepto, la práctica y el día a día de cada cual.
Neoliberalismo, economía especulativa, especulación puro y dura,
desregulación... Son conceptos arduos
pero con grandes implicaciones. Y ahí está la cuestión, se puede vivir sin
saber de su existencia, es más, aconsejo hacerlo, por motivos de salud
psíquica, pero no podemos escapar a sus efectos. Sin dramatizar, pero siendo conscientes
de que entre todos, y unos más que otros,
por acción o por omisión, hemos conseguido llegar a donde estamos y
deberíamos saber lo más posible, crearnos una opinión y actuar en consecuencia,
las pocas veces que nos reclaman. Yo ya noto los efectos de todo esto que
ignoro nada más pagar en la frutería ¡no
sé que cara se me va a quedar la próxima vez que visite en la sucursal bancaria
para pedir alguna aclaración o reclamar lo que es mío¡
Para empezar a amueblar la cabeza y ordenar las piezas, unos
artículos:
y una entrevista en
tono ligero Salvados: El funcionamiento especulativo de los mercados
No lo aconsejo como visionado
nocturno. Sí esos programas, que por su contenidos amodorrantes, nos preparan
para el descanso nocturno. No, no es el caso. No obstante, es imprescindible
para cerciorarse de que hay avariciosos psicópatas en las más altas esferas de
la economía bursátil americana y mundial. Después de ver esto, el prota. de la
peli parece tan sólo un niño travieso.
Para finalizar, Antoni
Doménech, Catedrático de Filosofía Política de la Universidad de Barcelona.
Clarito, clarito.
¿Cómo se puede
recuperar el control democrático sobre la economía?
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