NADA DE DISPAROS
Cuando hay por medio una banda sonora, ésta obliga y, más si está compuesta y elegida con tanto gusto.
A partir de aquí, anarquía y puro antojo (Con Duke Ellington, tengo una excusa, he asistido recientemente a un concierto sobre sus Conciertos Sacros y, aún apostando fuerte, puede que no le fueran nada mal a esta tierra dura y esencial)
Pequeño guiño
Mil gracias a mi colaborador especial
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