DESLUMBRANTE, ESPLÉNDIDO, TEATRAL....
... exuberante, total, recargado, cegador, apabullante, desmedido,
convincente..... así fue el Barroco, el estilo artístico que estaba
dando sus últimos frutos en la época de Steffani. Y por si no queda claro que
hablamos de mucho más que de estética, deberíamos pensar en el Barroco como
expresión del poder. Fue un poder terrenal, si miramos las cortes reales
europeas, donde el rey convencerá sobre su poder deslumbrando con sus palacios
y edificios cortesanos. Pero también fue el poder papal romano el que se
aprovechó del arte para canalizar y exponer su poder deslumbrando al creyente
por medio de sus producciones arquitectónicas, escultóricas y pictóricas, que
persuaden con su teatralidad magnífica.
En este mundo exhibicionista y
deslumbrante pasó la mayor parte de su vida Steffani. Además de clérigo, fue
músico y diplomático y, en esa época, arte, política y diplomacia iban de la
mano. (Arte y diplomacia)
Vamos situándonos, pero
concretemos más. Vamos a hablar del escenario italiano en el que se crió
Steffani, el Véneto, escenario en el que
sitúa Donna León su novela. Hablar de
Donna León y no citar a Venecia es algo así como pecado. Es auténtica pasión lo
de la León y Venecia, es fácil sucumbir a sus encantos, es una ciudad que
parece hecha para convencer y deslumbrar, como si toda ella fuera una obra
barroca, puro escenario fabuloso. La León está prendada por esta ciudad y si
todavía una de sus calles no lleva su nombre, en agradecimiento a sus
servicios, es algo incomprensible. La ciudad es siempre otro personaje más de
sus novelas. En ésta, también podemos
hacer un itinerario por ella de la mano de la prota, Caterina, dejarnos seducir por cualquier rincón... Venecia Y si quisiéramos empaparnos del barroco
veneciano, no deberíamos abandonar la ciudad sin visitar la Iglesia SantaMaría de la Salud de Longhena (1630).
Un espacio en el que poder transportarnos a otra época, rodeando y
disfrutando de su interior, esa es una peculiaridad que me encanta de la
arquitectura, siempre dispuesta a prestar experiencias directas. Situación
escenográfica perfecta; portada, majestuosa; interiores, preciosos. ¿Alguien da
más?
Canaletto. (obra comentada) |
Pero si queremos ver el aspecto
de la ciudad en aquella época, debemos de fiarnos de dos reporteros gráficos de
primer orden: Canaletto y Guardi.
Su afán no era tal, pero ¿podemos encontrar algún testimonio mejor sobre la
atmósfera de la ciudad? ¿Sobre sus edificios, sus canales? Pues eso, cuando el arte es documento. (Información Guardi y sobre Canaletto)
Y para terminar, leer, cerrar los
ojos y evocar. Si no hemos tenido la suerte de visitar Venecia, JavierMarías nos presta sus impresiones.
Un puñado de gracias a mi documentalista artística.
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