16/7/13

Historia 8. THE TRIP

CINE

Con humor, todo es mejor.   

Con una sonrisa en la cara. De lo más agradable. Así es como he pasado los 107 minutos que dura el viaje por el norte de Inglaterra que nos plantea Michael Winterbotton en su última película  ¿No es suficiente?

Me gusta casi todo lo que le hace el cine británico cuando encara una comedia. Grandes obras, medianas o pequeñas, todas consiguen hacerme sonreír, o reír, según el caso. Creo que son los únicos que pueden balancearse entre la tragedia y la comedia con la elegancia de un equilibrista, y no acabar desplomándose. En el mismo diálogo entre los actores de una escena, he llegado a reírme de buena gana para pasar a tragar saliva a continuación ante lo dramático de la situación. Irónicos, elegantes, alegres, desenvueltos, inmisericordes.  No hay nada ni nadie que esté a salvo. A la luz aparecen todas las miserias y contradicciones del ser humano, las situaciones absurdas o ridículas en las que nos metemos, las costumbres fundamentales que pueden dejar de serlo, las creencias desmontadas por el día a día. En fin, todo en tela de juicio gracias al humor, ese don humano que parece casi divino (mientras no se demuestre lo contrario, somos los únicos animales que nos reímos)

Los protas de la película, Steve Coogan y Rob Brydon,  realizan un viaje gastronómico-turístico por el norte de Inglaterra. Dos viejos amigos, que se ganan la vida como actores y cómicos, se ven nuevamente unidos ante la imposibilidad  de la pareja de uno de ellos a acompañarle. Amistad, gastronomía, turismo, viaje, muy buenos ingredientes para contar una historia todo lo ligera o profunda que su director se proponga o consiga. En este caso predomina la ligereza, el humor, el degustar paisajes, pueblos, comidas, conversaciones... pero también aparece el trasfondo de las vidas personales de los personajes. Dos niveles. Bien, me gusta. Te quedas con el que más te gusta o con los dos.

Nos reímos, en el nivel ligero y placentero.
Predomino del humor. Los protagonistas constantemente crean situaciones cómicas en sus conversaciones a través de la imitación (uno de ellos se gana la vida básicamente con ello), no dejando pasar ninguna ocasión sobre la comida que les presentan, los paisajes que recorren, las poblaciones que visitan, las situaciones que viven... No perder de vista los comentarios en una comida que realizan en uno de los mejores restaurantes de Inglaterra, y el diálogo en coche sobre cuál es la hora acertada para atacar en una película de guerra, impagable. Problema. Como en este país nuestro no toleramos las versiones originales, en este caso, una buena parte de la magia de la película se nos queda missing.

Regalo visual sobre los paisajes norteños ingleses.
Duros, ásperos, fríos, grises, tranquilos, majestuosos. Este viaje aparece como un regalo visual para todos los que vemos la pelí. Un plus sobre la historia que nos cuentan.

Poblaciones bucólicas salpicadas de buena literatura y excelente comida. Pueblos tranquilos, ordenados, sencillos, de puro cuento. Interiores de restaurantes muy british, confortables, elegantes, rancios (siempre queda de los años imperiales). Todos tan educados. En fin muy grato. La comida, de lujo. Ahora que no me oyen, hasta parece que la nueva cocina inglesa tiene una baza ganadora en el mercado del turismo gastronómico. Y además, los protas, nos recuerdan alguna de sus glorias literarias que fueron vecinos de esos lugares tan de cuadro. En fin, para bucear en la zona y en sus vecinos ilustrados.

Buceamos, en el nivel profundo y escondido.
Relaciones personales, se diga lo que se diga, las más difíciles de todas. Hay que leer entre líneas, como debe ser. Frases, palabras de los personajes, miradas, gestos, alguna que otra situación reveladora. Bueno pues los dos amigos, unidos por la profesión y esa tendencia tan sana hacia el humor, no pueden ser más diferentes.  No me quiero poner estupenda, pero no deja de ser curioso el gran número de amistades forjadas entre personas muy diferentes que aprenden a aceptarse ¿o sólo es uno el que acepta, cede y olvida, y el otro únicamente se deja querer? Bueno, pues eso.

Oye, muy agradable.


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