28/7/14

Historia 20. 14, Jean Echenoz.

Libros
LOCURA COLECTIVA

Inmersión en la I Guerra Mundial. Desde varios ángulos. Con distintas perspectivas. En diferentes formatos. Sí, este año toca. Qué maña tiene el hombre, en genérico, para crear acontecimientos que marcan un antes y un después en la historia de su paso por la Tierra. Ni en el peor de los sueños infernales El Bosco hubiera imaginado semejante degradación de la vida humana. Pues bien, trasladémonos  agosto de 1914 para conocer un poco más de la magnitud de la catástrofe.

En este año, como no podía ser de otra manera, las posibilidades de leer sobre la guerra centenaria son múltiples, seguramente excesivas, hay que seleccionar para acomodar los gustos de cada cual al género, estilo, autor/a… preferidos. El abanico es amplísimo y el riesgo de sobredosis muy elevado.  No obstante,  lo quiero todo y me he  arremangado con tres obras muy diferentes.

Por casualidad, me topé con 14 de Jean Echenoz. A través de la literatura me quedé enganchada a la historia. El gusanillo de saber más, de ir directamente a la realidad y pregunté. Un buen amigo me aconsejó Los cañones de agosto. Treinta y un días de 1914 que cambiaron la faz del mundo de Barbara Tuchman. Un ensayo que mereció un premio Pulitzer en 1962. Pero me faltaba un enfoque que completara el panorama, unas memorias de alguien que estuvo en la guerra, testimonio de primera mano: Cuadernos de guerra 1914-1918 de Louis Barthas  Ya sí, lo tengo casi todo.

Un recorrido apasionante, si se puede utilizar este adjetivo, o una bajada a los infiernos, abordado desde  distintas propuestas. La imaginación y la recreación  que es capaz de aportar la literatura. El verismo, la exactitud y la realidad de los hechos comprobados compuestos en un ensayo. Y como colofón, el testimonio directo de alguien que participó y sufrió los hechos relatados, la frescura e intensidad de las memorias o diarios. Tres propuestas muy diferentes. Se pueden abordar por separado o complementándose. Tres sabores diferentes a cual más impactantes.

14, Jean Echenoz (2013)
Junto a Anthime y su grupo de amigos de la Vendée, podemos sumergirnos en la experiencia de la guerra y en el precio que se vieron obligados a pagar miles de personas al verse involucrados en la misma.
Es mi primera relación con Echenoz y me ha dejado muy buen sabor. Conciso, preciso, natural. Como si las palabras fluyeran sin esfuerzo y de la manera más natural va narrando situaciones y hechos que seguramente adquieren toda su dimensión cuando se abordan de frente y despojados.
Sus frases tienen el sello de los excelentes narradores. Frases incesantes, de esas que para cuando llega el punto estás al tanto de varios sucesos, o te ha descrito completamente una escena, o  llevado de un detalle a otro sin darte cuenta. Vas de la mano de sus palabras, enganchadas por comas. Un puro deslizar.
 “Retumbar de los cañones en bajo continuo, lluvia de proyectiles barométricos y de contacto de todos los calibres, balas que silban, restallan, suspiran o gimen según la trayectoria, ametralladoras, granadas y lanzallamas, la amenaza viene de todas partes: de arriba de los aviones y de los disparos de los obuses, de enfrente de la artillería enemiga, y aun de abajo cuando, creyendo disfrutar de un momento de calma en el fondo de la trinchera donde intenta uno dormir, oye al enemigo cavar sordamente debajo de aquella misma trinchera, debajo de uno mismo, abriendo túneles donde colocará minas con el fin de destruirla y a él con ella”

No obstante, también regala imágenes bellas y creativas transformando realidades que no lo son en absoluto.  “Y así, las dimensiones de la ciudad, vaciada de los varones como si se los hubieran tragado, parecen haberse extendido: aparte de las mujeres, Blanche sólo ve a ancianos y chiquillos, cuyos pasos suenan a hueco como en un traje demasiado holgado”

Un buen relato siempre desprende temas o aspectos que se descuelgan del argumento y te invitan a quedarte con ellos, aunque sea por breve tiempo. Eso ocurre con la gran dosis de brutalidad de la guerra y el poco brillo de la misma. Muertes sin banda sonora que las glorifique. No por ser tema recurrente cuando se habla de tragedias e injusticias sin fin, deja de asombrar. La facilidad del hombre para ponerse al borde del abismo, perderlo todo y no aprender nada.
El manejo asesino con el que se manipula la existencia de la gente, cómo se deshumaniza a la vez que se cuantifica. De persona a mero número. Si ese proceso no se hace es imposible tolerar esas masacres en el anonimato que se producen en las batallas.
Las situaciones sin salida. Encontrarse de la noche a la mañana, en situaciones  no buscadas. El tener que ir al frente. El no poder escapar de tu destino. Delante está el enemigo, detrás la amenaza de un consejo de guerra si sugieres que aquella guerra no va contigo, y debajo, junto a ti, en la trinchera, las ratas, piojos y pulgas que se acomodan pasando a compartirlo todo con el soldado.  Un buen destino.
Y por encima de todo, la inocencia. El jugársela a todo o nada para millones de personas en las que la partida no permite perder una segunda o tercera vida. Sólo hay una y se pierde vaya a saber por qué.

Los cañones de agosto. Treinta y un días de 1914 que cambiaron la faz del mundo, Barbara Tuchman (1962)
La Tuchman realizó un trabajo de investigación,  a medio camino entre el quehacer histórico y el periodístico, que dio como resultado un ensayo riguroso y ameno. Crónica minuciosa del primer mes de la guerra. Casi se puede seguir a tiempo real, a cada día, cada hora (no sé como algún avispado productor cinematográfico no ha realizado una serie de esas que narran casi casi a tiempo real los sucesos) junto a un mapa dibujando las estrategias y caracterizando a los protagonistas que deciden sobre la oportunidad de vivir o de morir de miles de hombres, todo el acontecer de los movimientos iniciales de la guerra. No perdiendo de vista frases, comunicados, conversaciones de sus protagonistas, un lujo. Qué valor adquiere la narración al apoyarse en el rigor del dato exacto, eliminando en todo lo posible, juicios o apreciaciones personales. La acción se desarrolla a través de lo qie dijo e hizo uno u otro. Los resultados son ya historia. Y todo ello sin que el libro no se caiga de las manos porque resulta ameno. Conseguir esto no es fácil nunca y menos cuando se sabe de antemano el desenlace. El peso de la narración recae en el cómo, quién y por qué. Se trata únicamente del primer mes de la guerra y la narración acaba en todo lo alto, con ganas de más.

Hay tres aspectos que han llamado mi atención. En primer lugar una cuestión de intendencia, la importancia de las comunicaciones. Vivimos una época en la que las comunicaciones, el poder hablar en un clic con un “amigo” de la China al que no conoces es ya una necesidad para no ofrecer una imagen de cavernícola, nos han subsumido, fagotizado. Hay que estar conectado con todos y en todo momento, todo un trabajo fatigoso (aunque en ciertas ocasiones sea sencillamente maravilloso). Bueno pues a principios del siglo XX las comunicaciones eran muy precarias y leyendo el libro de Barbara tomas consciencia de las dificultades de los mandos militares para consultarse, coordinarse o recriminarse, según el caso. En ocasiones los ejércitos, distantes por muy pocos kilómetros entre sí, no sabían los unos de la existencia de los otros. Y pensar que si ahora subo a la azotea de mi casa y saludo, por poco que alguien medianamente aburrido esté en google earth, o similar, me podrá ver hacer gestos de loca en Tucson (Virginia), pongo por caso.
Que no hay nada permanente y no todo cambia es una perogrullada, y aquel que no lo quiera ver se engaña, pero la I Guerra Mundial marcó una gran diferencia a la hora de entender el quehacer de matarse unos a otros en masa. Desde que Aquiles y Héctor se enfrentaron cuerpo a cuerpo demostrando destreza, honor, valentía… ha llovido bastante. No obstante los ejércitos llegaron al siglo XX apreciando en grado sumo estos valores que estaban a punto de transformarse y/o perder gran parte de su contenido. El ejército francés comenzó la guerra con pantalones rojos, los suyos, los que orgulloso había llevado tradicionalmente la tropa, enseña del honor y gloria francesa… Indumentaria que pronto se demostró inadecuada e ineficaz: se reemplazó. La caballería inglesa, con su sable en mano, era la expresión más refinada del arte de la guerra. Pues bien, de poco servían sus galopadas ante las ametralladoras alemanas, exactas, asépticas, certeras y sordas al honor del cuerpo a cuerpo (si se quiere visualizar esto, en la película de Spielberg “War Horse” aparece una carga de este tipo muy ilustrativa) Certificado de defunción para una guerra en la que el componente humano tenía más protagonismo y bienvenida a otra mecanizada.
Y para acabar, el relato se centra en las decisiones que tomaron políticos y militares de alto rango respecto a los acontecimientos que se presentaron en aquellos días. Los hechos son el resultado de las dudas, aciertos, errores y decisiones de éstos. Pero como dice algún actor de la tragedia, los  mandos militares cuando dejan los despachos y se ponen al frente de sus hombres en el campo de batalla,  se retratan como personas. Únicamente es esa situación la que les hace merecedores de todas las insignias que lucen en la pechera los días de domingo. La autora da pinceladas sobre esta cuestión que no se suele reflejar demasiado  y que es determinante, de qué están hechos los mandos.  Muchos sólo ordenaban desde la retaguardia, otros asumían su responsabilidad y compartían la suerte de sus hombres y otros sin poder sobrellevar semejante peso se suicidaban o se hacían matar. La naturaleza humana.


Cuadernos de guerra 1914-1918,  Louis Barthas 
Personal, subjetivo, fiel, con toda la verdad de un testigo y la intensidad de una biografía. La inmensa mayoría de las veces la historia la escriben quienes toman las decisiones fundamentales que cambian el sentido de la misma, el destino de los acontecimientos que transforman el mundo… bueno todas esas cosas que se achacan a los estadistas, políticos y grandes líderes que en el mundo han sido. Cierto, pero no del todo. ¿Qué sería de las revoluciones sin las masas que las pusieron en práctica y de los imperios conquistadores sin las tropas que las hicieron posibles?

Este es el testimonio de uno de tantos millones de personas a los que no se les pidió opinión para arriesgar su vida y cambiar la historia de paso. Simplemente son ellos los que la hacen posible, con o sin su consentimiento. A Louis le llamaron un agosto de hace 100 años y volvió a su casa, 4 años después, habiendo creado historia. Por volver sano y salvo después de haber sobrevivido a uno de los horrores más grandes creados por el hombre; por haber formado parte de esa multitud sin voz, anónimos imprescindibles, que consiguen llevar a la práctica lo que otros idean; por haber dado testimonio de su experiencia y de la de sus compañeros, por todo ello, se ha ganado el derecho a ser escuchado y recordado.

En su propuesta de poner por escrito todo lo que vio y vivió,  le guió el deseo de mostrar aquello que jamás debería ser experimentado por persona alguna, y aunque no lo consiguió, si contribuyó a escribir la historia de todos aquellos que no la tienen. Como dice en algún pasaje de sus cuadernos, lo que el relata, las vivencias, temores y pensamientos de la tropa, no podría haberlo contado ningún mando. Había que estar allí, junto con sus compañeros para saber exactamente la dimensión de su experiencia. En este sentido el libro de Louis es una lectura imprescindible si queremos tener una visión completa del conflicto. Me gusta pensar que la escritura de sus cuadernos también le ayudó a sobrellevar esos años de desesperanza, muerte y sinrazón, todos sin atisbos de gloria.



Historia 20. 14, Jean Echenoz.

Historia



OBLIGADOS A NO OLVIDAR

Con la misma intensidad que celebramos los acontecimientos colectivos gozosos, porque siempre es bueno celebrar con la estela de las cosas bien hechas, de la misma forma, tenemos que recordar y difundir las meteduras de pata de alcance universal, que han sido muchas. Con el afán de que se tome nota para no volver a repetirlas, ya que las nuevas generaciones, que no las vivieron, toman como obligados e inalterables, derechos que fueron muy caros de conquistar y no creen posible una sociedad sin democracia, libertad y en paz. Por todo ello, y porque en este año es obligado.


Serie documental: La Primera Guerra Mundial

1. A las armas

2. A la sombra del águila

3. Guerra Global

4. En nombre de Dios

5. Alianza mortal

6. Fin del asedio

7. El bloqueo

8. Revolución

9. Última ofensiva alemana

10. Guerra sin fin

Conferencia sobre las consecuencias de la Guerra






Historia 20. 14, Jean Echenoz.

Películas


PONIENDO IMÁGENES AL HORROR

Diferentes historias, personajes y situaciones,  pero el escenario es el mismo: cómo Europa se desangra en 1914. Algunas narraciones basadas en historias literarias, otras en hechos reales. Buenos mimbres, en cualquier caso.
Un par de clasicazos, películas de culto. Para muchos, lo antiguo, el blanco y negro son símbolo de calidad, un clásico a recordar. Para otros, por lo mismo, se atragantan. Bien, para todos los gustos.

Senderos de gloria (1957)
Dirección. Stanley Kubrick
Guión. Stanley Kubrick, Calder Willingham, Jim Thompson (Novela: Humphrey Cobb) Reparto. Kirk Douglas, George MacReady, Adolphe Menjou, Ralph Meeker, Wayne Morris, Joe Turkel, Richard Anderson, Timothy Carey, Peter Capell, Susanne Christian, Bert Freed, Emile Meyer
Sinopsis: En la Francia de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, el general Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esta misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, decide imponer al regimiento un terrible castigo que sirva de ejemplo a los demás soldados. (FILMAFFINITY)

Sin novedad en el frente (1930)
Director.  Lewis Milestone
Guión. George Abbott, Del Andrews, Maxwell Anderson (Novela: Erich Maria Remarque) Reparto. Lew Ayres, Louis Wolheim, John Wray, Arnold Lucy, Ben Alexander, Scott Kolk, Owen Davis Jr., Walter Browne Rogers, Slim Summerville, Russell Gleason, William Bakewell, Richard Alexander, Harold Goodwin, Pat Collins. Sinopsis: Mítica película antibélica que plasma los sentimientos, sensaciones y desilusiones de un grupo de jóvenes estudiantes que son enviados al frente en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Es una adaptación de la novela homónima del escritor alemán Erich María Remarque. Su estreno provocó enfrentamientos entre nazis y comunistas. (FILMAFFINITY)



Saltamos en el tiempo. Intensidad en la mirada. Directores y actores con grandes capacidades. Historias muy interesantes. El tiempo que separa a unas se comprueba en la forma de rodar y en que también  el desarrollo técnico, al servicio del cine, ha abierto grandes posibilidades. Para muchos, avances y cambios positivos, para otros, innecesarios. Que cada uno juzgue.

Largo domingo de noviazgo (2003)
Director: Jean-Pierre Jeunet
Guión Jean-Pierre Jeunet & Guillaume Laurant (Novela: Sébastien Japrisot)
Música Angelo Badalamenti. Reparto: Audrey Tautou, Gaspard Ulliel, Dominique Pinon, Chantal Neuwirth, André Dussollier, Marion Cotillard, Jodie Foster, Ticky Holgado, Jean-Paul Rouve, Albert Dupontel, Jean-Pierre Darroussin, Denis Lavant, Dominique Bettenfeld, Tcheky Karyo, Jean-Claude Dreyfus, Julie Depardieu, Michel Vuillermoz, Urbain Cancelier, Rufus, Elina Löwensohn. Sinopsis: A punto de terminar la I Guerra Mundial (1914-1918), Mathilde recibe la noticia de que su prometido es uno de los cinco soldados que, tras haber sido sometidos a un consejo de guerra, han sido enviados a la tierra de nadie que hay entre el ejército francés y el alemán, lo cual supone una muerte casi segura. A pesar de todo, emprende un duro viaje para conocer el destino de su prometido y, aunque las noticias que va recibiendo son desalentadoras, sigue adelante. A medida que se acerca a la verdad sobre los desafortunados soldados y su brutal castigo, conocerá a fondo los horrores de la guerra y las marcas indelebles que deja en quienes la han vivido. (FILMAFFINITY)


Feliz Navidad 1914 (2005)
Director. Christian Carion
Guión. Christian Carion. Reparto. Diane Kruger, Benno Fürmann, Daniel Brühl, Guillaume Canet, Gary Lewis, Dany Boon, Rolando Villazón, Alex Ferns, Lucas Belvaux, Steven Robertson, Frank Witter, Bernard Le Coq, Ian Richardson, Thomas Schmauser. Coproducción Francia-Alemania-Bélgica-Rumanía. Sinopsis. Basada en un hecho real. En la Navidad de 1914, a principios de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), soldados alemanes, franceses y escoceses entierran sus diferencias y sus muertos y se ponen a jugar al fútbol. Un film candidato por Francia al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. (FILMAFFINITY)


War Horse. 2011
Director. Steven Spielberg
Guión. Lee Hall, Richard Curtis (Novela: Michael Morpurgo). Reparto. Jeremy Irvine, Emily Watson, Peter Mullan, Niels Arestrup, Tom Hiddleston, David Thewlis, Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, Toby Kebbell, David Kross, Nicolas Bro, Leonhard Carow, Eddie Marsan, Patrick Kennedy, Liam Cunningham, Robert Emms, Matt Milne, Hinnerk Schönemann, Geoff Bell. Sinopsis. En un pueblo inglés, Albert, el hijo de un granjero, ve nacer un potrillo. Poco después, su padre lo adquiere en una subasta, y el chico le pone de nombre Joey. Pero la familia se arruina y no tiene más remedio que vender el caballo justo cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Ése es el punto de partida de un viaje en el que tanto Albert como Joey lucharán por sobrevivir a la contienda y volver a estar juntos. (FILMAFFINITY)








Historia 20. 14, Jean Echenoz.

Arte
CONTRASTE SINCRÓNICO

En los días claros, en los transparentes, esos  que parecen diseñados para ser perfectos, esas  ocasiones en las que la Naturaleza lo hace de lujo, parece imposible que el hombre consiga acabar con el milagro. Prohibido matar y morir en un día así. Imposible morir en un jornada diseñada por la Naturaleza para ser perfecta. Si, aun con todo, la muerte aparece, se produce un desajuste entre el universo natural y el rey de la creación.

Con esta admiración por  los contrastes caprichosos en el tiempo y el espacio, nos vamos a Londres. 1910, Exposición sobre pintura francesa en la Manes, Cézanne, Gauguin y Van Gogh dejan al personal con la boca abierta. Mientras tanto, políticos y militares organizando cómo acabar con el enemigo, y de paso, con media Europa. 



1918, Renoir pinta sus bañistas, está en el final de su producción artística. En el frente se inmortalizan escenas como ésta.
Todo esto sucede en sociedades con valores similares y culturas compartidas. Todo a escasos km.

En esta sociedad, y centrándonos en el arte, artistas coetáneos, interpretaron la realidad que les rodeaba de muy diferente manera. Ajenos a las tribulaciones de sus gobernantes y centrados en su quehacer artístico ,algunos; otros, dejándose influenciar por la efervescencia social de esa época. En conjunto, aportando miradas personales y muy diferentes, contribuyeron a crear una de las páginas más brillante de la historia del arte de principios del S. XX: las vanguardias pictóricas.

Contexto de las vanguardias artísticas

                                                                       De las vanguardias a la postmodernidad

A la par, la recién estrenada disciplina fotográfica obtenía unos resultados fabulosos. Arte y documento histórico. Expresión, sentimiento, testimonio. Todo en blanco y negro, muy expresivo. Imágenes que cuentan más que lo reflejan.
Fotos en periódicos “Le miroir”  o “L´Ilustration”, testimonio gráfico del que participa un personaje de la novela de Echenoz. 




AInstantánea de la Tregua de Navidad de 1914, entre los soldados alemanes y británicos en Ploegsteert (Bélgica) / IMPERIAL WAR MUSEUM (Q11745)ñadir leyenda
IWMLondonFirst World War. (De obligada consulta)

 Limpieza del frentes. 1917. Givord

En esta ocasión, el día soleado, esperanzador, que suponen las vanguardias, es un contrapunto que da aire, necesario para seguir respirando dentro de tanta desolación. Louis Barthas puede que no estuviera de acuerdo. No le gustaban ni siquiera los monumentos a los caídos “No daré mi óbolo, salvo si esos monumentos simbolizan una protesta vehemente contra la guerra, contra el espíritu de la guerra. No daré mi contribución si son hechos para exaltar o glorificar la muerte o para incitar a que las futuras generaciones sigan el ejemplo de estos mártires involuntarios” Tenía pleno derecho a eso y a más. Pero que la vida sigue es un hecho evidente, que junto a un día luminoso hay una desgracia en ciernes, también. Mientras sueñas con un Sisley o un Picaso, a su lado, puedes colgar una fotografía desoladora en blanco y negro. Así es y así es quizá bueno que sea. Eso sí, tomando buena nota de todo, que la memoria es muy desmemoriada.

Albert Herter
“Sombreros, bufandas, ramilletes, pañuelos, se agitaban en todas direcciones, algunos introducían cestas de comida por las ventanillas de los vagones, otros estrechaban en sus brazos a sus retoños, los ancianos y las parejas de abrazaban, las lágrimas inundaban los estribos, como puede apreciarse actualmente en París en el vasto fresco Albert Herter, el  vestíbulo Alsace de la gare de l´Est” (14, Jean Echenoz)



Historia 20. 14, Jean Echenoz.

Música

IN MEMORIAM

“Entretanto, mientras la orquesta cumplía su cometido en el combate, el brazo del barítono resultó atravesado por una bala y el trombón cayó gravemente herido: el corro fue estrechándose y, aunque su formación hubiera quedado mermada, los músicos continuaron tocando sin emitir una nota discordante, hasta que al retomar la estrofa en que se alza el estandarte sangriento, el flauta y el viola cayeron muertos” (14, Jean Echenoz)

Música, siempre música.
Incluso en los momentos en los que no pensaríamos más adecuados, allí aparece.
Acompaña, conforta, estimula.


Requiem, músicas muy apropiadas.
Los clásicos con mayúsculas
Requiem - Mozart by Gardiner


Bach - Mass in B minor


Verdaderos maestros
War Horse John Williams

Dire Straits - Brothers In Arms


Loquillo- Hermanos de sangre


El saber hacer de los más jóvenes
Thirty Seconds To Mars - This Is War



Siempre hay que acabar por todo lo alto. Se eligió a Beethoven y su himno de la Alegría como himno de todos los Europeos. Pura energía positiva
BEETHOVEN - Symphony no. 9 "CHORAL" 
 Leonard Bernstein

La sonrisa final, Atkinson se atreve con todo.
Rowan Atkinson (Mr. Bean) European Anthem - 
'Beethoven's 9th Symphony'

Mil gracias a mi colaborador.

Códigos ocultos

Códigos ocultos




EXCESO DE  INFORMACIÓN

14/7/14

Héroes sin cotización en los mercados

HÉROES SIN COTIZACIÓN EN LOS MERCADOS


Fukusima, marzo de 2011. Un tsunami, provocado por un terremoto, acaba con la vida de 28.000 personas y daña la central nuclear del mismo nombre, que desencadena explosiones de hidrógeno y fusión de combustible nuclear. Un proceso  natural con repercusiones humanas catastróficas y dramáticos efectos medioambientales. En medio de ese  paisaje infernal, un grupo de personas pone el contrapunto de esperanza. Un puñado de trabajadores de la central nuclear ponen su vida en riesgo con el objetivo de evitar la multiplicación de los efectos radiactivos que suponía la rotura de la central.

Ruanda, 1994. Comienza un infierno en el país que deriva en genocidio. Los hutus acaban con un 15% de la población tutsi. Entre todo aquel desastre, se produce el asesinato un grupo de españoles,   seis misioneros y tres miembros de la ONG Médicos del Mundo.

Campo de refugiados de Dadaab (Kenia, 2011) dos cooperantes españolas son secuestradas. Su liberación se produce en 2013. Frontera entre Kenia y Somalia (2011) dos cooperantes kenianos son secuestrados por el grupo islamista Al Shabaab. Su liberación se ha producido en abril de 2014. Siria, enero de 2014, cinco cooperantes de Médicos Sin Fronteras son secuestrados. Tres de ellos fueron liberados en abril y los otros dos, esta misma semana. …

Profesionales totalmente entregados a sus obligaciones. Misioneros, cooperantes y médicos integrantes de ONGs repartidos por todos los lugares del mundo que nunca elegiríamos como destino vacacional. Todos ellos, uno detrás de otro, han venido a mi memoria al escuchar y leer la última crónica, totalmente actual,  de una situación con tintes dramáticos surgida en Guinea, Liberia y Sierra Leona: el virus del ébola. Ya son 450 los muertos víctimas de esta enfermedad para la que no hay cura. De entre el personal sanitario son 11 los infectados. Me hago eco  de la información, gracias al testimonio de Luis Encina, enfermero y encargado de Operaciones en África Occidental de Médicos sin Fronteras. Él es el encargado de hacer visible este gravísimo problema sanitario que nos incumbe a todos. No obstante, en este momento, es el conjunto del personal sanitario el que está haciendo frente a una situación en la que expone su vida.

Psiquiatras y psicólogos, cuando abordan la personalidad del héroe desde un punto de vista científico, seguro que aluden a componentes genéticos, educacionales, culturales… para poder aproximarse racionalmente al fenómeno (o quizás sea una cuestión de química, como dicen que es el enamoramiento). Ni idea. No sé si un héroe nace o se hace, y desde luego es bobada decir que hay muchas ocasiones y lugares para demostrar de qué estamos hechos. No obstante, una mezcla de grandes ideales, de esos que mueven  montañas o mejor continentes; una ilimitada fe en el género humano; una generosidad insaciable y una completa ausencia de notoriedad, son componentes que a buen seguro adornan a esas personas tan raras, especiales y absolutamente necesarias.

¿Qué se puede hacer para introducir en la Red el ejemplo de estos indispensables personajes y que éste se propague, cuando menos, con la misma intensidad que la penúltima patochada del antepenúltimo ídolo mediático hecho de bits? Pues eso, que diría Forges.