11/4/17

Historia 47, Comanchería

Película
TEXAS-2016

Mira que me dan fatiga los western al uso. No tengo espíritu de frontera y me da una galbana terrible cuando los machotes de turno hacen gala de sus reales y armados con un pistolón y con una masculinidad mal entendida, se pasean por el polvoriento medio oeste dando que hablar. Lo dicho. Me canso de trotar, correr, mirar mal y sacudir, antes de empezar. Pero qué sorpresa más grata me he llevado con Comanchería (sobre el título que le han dado en España, nada que comentar, sin palabras). Aunque he visto la película clasificada como thiller, western, acción, drama… para mí el aroma a western-2016 es muy potente. Desde luego tiene un poco de todo eso consiguiendo una historia con muchos ingrediestes y posibilidades.

David Mackenzie nos propone una historia en la que dos hermanos, la pareja formada por Chris Pine y Ben Foster, van a atracar una serie de bancos con el objetivo de saldar la deuda que les permita mantener la granja familiar. Detrás de sus talones tendrán al sheriff interpretado por Jeff Bridgess.

Cierto, puede ser un western moderno por su planteamiento con ese aroma clásico de apuestas fuertes y también tiene el ritmo y la acción de un thiller y un trasfondo social que enriquece la historia de una forma magnifica. No, no estamos ante el bueno y el malo y que cada uno se posicione según preferencias o rarezas. Existe una situación social muy concreta que es la que desencadena la acción y es en ella en la que nos enganchamos con gran facilidad. No hay moralina, simplemente situaciones que la realidad nos plantea a diario y soluciones algo más desacostumbradas para poder seguir adelante, si no no tendría la brillantez que posee.

Al igual que el trabajo del director, el guión aparece como una pieza mimada, trabajada y maravillosamente resuelta. Desde la trama hasta los diálogos de los personajes, con un punto de humor negro muy apropiado, están muy elaborados y resueltos con gran eficacia.

Si tenemos un director que sabe lo que hace, una buena historia y un magnífico guión sería una pena que los intérpretes no estuvieron a la altura y la verdad es que lo están. Jeff Bridges está mejor que en sus años mozos y Pine, Foster y Gil Birmingham dan la réplica al veterano sin despeinarse. Un coro muy bien afinado.

Además, hay dos ingredientes que arman la peli y ésta no sería lo mismo sin ellos: el paisaje y la música. El paseo que nos damos de la mano de los protas por la Texas profunda, la menos cinematográfica pero muy reveladora, como el viaje visual por los escenarios resecos, áridos, inhóspitos que hablan con imágenes sobre el carácter de las gentes que las habitan. Y no se puede olvidar esa música, country, muy propia pero con mensajes entre poéticos y sociales. Un acompañamiento muy acertado.

        

Historia 47, Comanchería

Historia

ATRACOS

La historia de Estados Unidos ha creado toda una mitología alrededor de lo que fue la conquista del oeste llena de forajidos, ladrones y sheriff de todo pelo. Entre ellos, los sucesos relacionados por el dinero fácil son muchos y variados y, gracias a la invasión de la cultura norteamericana, sabemos más de los malos americanos que de los propios. Entre todos ellos los ladrones de bancos son muy populares ya que se esfuerzan en coger el dinero y salir corriendo. A priori, una empresa fácil de realizar en los pequeños bancos y pueblecitos más pequeños todavía. Poco riesgo y botín modesto pero seguro. Todos sabemos que eso les funciona durante un tiempo hasta que las cosas se complican y es entonces cuando la historia se pone interesante. Con esta tipología sencilla de coge el dinero y corre, realizada en sitios perdidos del medio oeste americano, es como actual los protagonistas de la película. Estos personajes son pura literatura pero otros de carne y hueso inspiraron inspiraron textos y películas sobre sus orilladas andanzas.




















          

            




Historia 47, Comanchería

Libros

ATRACOS LITERARIOS


Un buen puñado de libros para leer, en clave de ficción y de realidad, historias que se prestan a ser contadas y, aunque no quede del todo bien, disfrutadas.   

Donald Westlake, Atraco al banco. 2012
Cuando la última genialidad del criminal John Dortmunder timar a inocentes familias vendiendo enciclopedias a domicilio— está a punto de proporcionarle un nuevo pasaje a comisaría, su amigo Kelp acude en su auxilio para ofrecerle el negocio del siglo: robar un banco. Pero no solo su dinero, sino «todo» el banco. A las afueras de Nueva York, una entidad bancaria ha instalado provisionalmente sus oficinas en una caravana, lo que a Kelpse le antoja como un «montón de dinero con ruedas». Con esta idea en mente, Dortmunder y Kelp se lanzarán a tan lucrativa aventura con la única ayuda de un eterno aspirante a policía muy resentido con el cuerpo. Nada parece poder detener en su empeño a estas tres brillantes mentes criminales, ¿verdad ? (Casa del Libro)


Carles Quilez, Atracadores. 2002
Atracadores lo forman once relatos construidos en clave periodística de las principales bandas de atracadores de bancos que han actuado en Barcelona en los últimos 25 años. Son historias reales presentadas con un lenguaje directo y próximo al objecto de definir con mayor detalle la personalidad e historia de sus protagonistas. Se trata de un trabajo de investigación periodística de más de diez años que el autor ha condensado en este libro. Las once historias son relatos humanos, duros, casi increíbles que definen el perfil de unos policías y unos delincuentes exponenciales que, en la mayoría de los casos, el autor ha conocido personalmente. Este trabajo presenta sin maquillaje ni cortapisas cómo ha sido y es la vida cotidiana de aquellos que viven a uno y otro lado de la legalidad. (Casa del Libro)

Hausmann Gudmundsson, Atraco a bancos. 2008









Diario de un ladrón de bancos, Danny King. 2007
Chris Benson admira a su hermano Gavin, un veterano atracador de bancos. Es la estrella allí donde va y Chris aspira a ser como él a cualquier precio: no quiere acabar como la gente normal y corriente, esos trabajadores que considera «chusma». Cuando a Gavin le cae una condena de quince años a la sombra, los problemas amenazan con desbordar a Chris, que tendrá que «consolar» a la mujer de su hermano mientras intenta mantener bajo control a Vince, su socio psicópata. Y entonces empieza a echar de menos la vida tranquila... Pero puede que ya sea demasiado tarde. (Casa del Libro)


Maj Sjowall, Per Wahloo. La habitación cerrada. 2012

Dos casos sin resolver, tres policías en apuros y un asesino suelto dispuesto a matar de nuevo. El comisario Martin Beck y su equipo se hallan en una encrucijada en que nada parece tener relación en sí, pese a que todo apunta a lo contrario: un banco ha sido atracado en una parte de la ciudad, mientas que en otra se ha encontrado un cadáver en una habitación cerrada a cal y canto, sin arma ni pista alguna en la escena del crimen. ¿La situación podría ser peor? Efectivamente, en una novela de Martin Beck, todo lo malo tiene la oportunidad de empeorar hasta su resolución final. Octava y antepenúltima entrega de la serie de novelas policíacas protagonizadas por el comisario Martin Beck, icono de la pareja de escritores Maj Sjöwall y Per Wahlöö. Escrita originalmente en 1972 y ambientada ensu Suecia natal, esta emocionante historia ha sido considerada una de las mejores de la serie, tanto por su doble trama excelentemente tejida como por su sorprendente final. 

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Arte

GEOGRAFÍA Y PAISAJES
Si tuviera que promocionar las bondades naturales y paisajísticas de Texas no estarían entre las estampas más favorecedoras los fotogramas de Comanchería. Llanuras herbáceas infinitas atravesadas por desoladas carreteras; montañones ásperos que no invitan a perderse por sus senderos; pueblecitos escasos y apenas transitados que aparecen como la adaptación siglo XXI de aquella suma de casas con aspiraciones del lejano oeste; ranchos polvorientos que han conocido mejores épocas. La adaptación humana en esas latitudes es para los más resistentes, para aquellos que se han hecho duros como el entorno o no han podido salir de él.

Los horizontes infinitos invitan a soñar, pero también son desasosegantes y amenazan con tragar cualquier intento de escape. La naturaleza impone los normas y no parece estar dispuesta a cambiar por muchas carreteras que la atraviesen, son caminos de paso que no dejan huella en el carácter de la geografía. Engullen al ser humano y sus tentativas de cambio.


Los espacios humanos, esos pueblecitos limitados en extensiones ilimitadas, son motas civilizadoras que apenas parecen contener lo necesario. Sociedades exiguas, bien avenidas o encontradas a fuerza de roce diario y de imposible escapatoria. Casas, unidades familiares, perdidas en la inmensidad del paisaje que invitan a filosofar o a mofarse de todo lo que no ayude a superar el día a día, a sacar de la tierra lo necesario para seguir adelante.




El paisaje es otro personaje más en la película. Ésta tendría otro aroma si se encontrara anclada en otra geografía y estuviera rodada y fotografiada con otra sensibilidad. El director, David Mackenzie, lo sabe y Giles Nuttgens, responsable de la fotografía, también. Conseguir que un paisaje, un entorno, acompañe y modele a los personajes es un trabajo artístico al que se suma la pura contemplación estética. Mirada ésta que eleva al rango de lo estéticamente admirable lo cotidiano, lo destartalado, lo decadente. 






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Música


NADA DE DISPAROS

Cuando hay por medio una banda sonora, ésta obliga y, más si está compuesta y elegida con tanto gusto.  

               


               

A partir de aquí, anarquía y puro antojo (Con Duke Ellington, tengo una excusa, he asistido recientemente a un concierto sobre sus Conciertos Sacros y, aún apostando fuerte, puede que no le fueran nada mal a esta tierra dura y esencial)


     


    


      

Pequeño guiño



           


Mil gracias a mi colaborador especial

A poco que nos esforcemos...


A poco que nos esforcemos...