26/9/13

Historia 10. De España al Japón, LUIS DE OTEYZA

LITERATURA




CONVERSANDO CON UN AMIGO VIAJERO







¡Qué fácil ha sido seguir a Oteyza en su viaje! Como si estuviera de cháchara con un amigo,  en una relajada, cercana y chispeante conversación.  Con las exclamaciones del lenguaje hablado, las preguntas dichas en voz alta esperando que el otro  las conteste, interpelando en todo momento al lector para incluirlo  en el relato, de esa manera tan directa, y más típica del  lenguaje oral que del escrito, redactó Luis Oteyza su libro.

Oteyza relata su viaje entre España y Japón realizado en 1925. El periplo transcurre a bordo de un trasatlántico español que le lleva a Filipinas, para luego viajar hasta Japón  en barcos americanos.  Un viaje que el autor realiza en un intento de alejarse de la dictadura de Primo de Rivera.

Desde las  primeras páginas habla del motivo que le lleva a realizar este viaje, y entre sus primeras palabras, ya está presente el tono que hace de este libro una lectura muy agradable,  su humor y fina ironía. “El panorama que, de algún tiempo a esta parte, estamos disfrutando los españoles me aburre, me aburre profundamente, me aburre hasta la desesperación. ¿Que hay a quien le resulta ameno e incluso reconfortante? Posiblemente. De gustos no se ha escrito nada, sino la sentencia de que algunos son tales que merecen palos. Pero en la imposibilidad material de aplicar sentencia tan justa a aquellos de mis compatriotas que tienen un gusto divergente al gusto mío, les dejo tranquilos, y me tranquilizo a la par, marchándome.”

¡Qué placer poder enfocar con humor e ironía algunos de los mayores problemas de la vida¡ Es una energía transformadora.  Y no exagero, o ¿no se cambia la realidad, sin ni siquiera rozarla, al mirarla a través de las lentes del humor? Oye, lo mismo lo mismo, pero totalmente diferente. Ha cambiado nuestra forma de enfrentarnos a la tozuda realidad.

Hay que ser un maestro para reírse de lo trágico, y también  de lo cotidiano,  de lo que no tiene vocación de chiste, y evitar de esa forma, acabar aplastado por la persistencia de lo corriente y moliente, de lo nada gracioso. Salir a flote y darle la vuelta, sacarle partido. Trabajo reservado a los mejores. No busco la carcajada, pero si encuentro la  sonrisa casi casi permanente.  Un ejemplo. Hablando de la extrañeza que experimenta en un barco, rodeado de agua. “El hombre es un animal eminentemente terrícola, cuyo elemento no es el agua. Esta observación tan profunda no me pertenece. Lo advierto, por si acaso. Es propiedad del amigo Sánchez Rojas, antihidráulico convencido, como no se le oculta a nadie que le ha visto siquiera una vez y aunque fuera de lejos. Pero yo la tomo –con las naturales, precauciones- para servírosla- después de desinfectada- porque voy comprobando su completa y definitiva exactitud.

Pero de  la mano de esa visión humorística, también va una mirada crítica, mezclada con una tristeza que no puede esconder.  Sin darnos cuenta se ríe de una cosa sin importancia, para tirar de ella y convertirla en una crítica. Suelen ser pasajes en los que habla de nuestro país o de la situación política de los países por los que recala.  Desde la antesala del humor Oteyza pasa a la crítica de su patria. Es una crítica hecha con la mirada triste, una queja por lo que fue y no es, heredero de esa tristeza del 98.  Dolor y orgullo cuando habla del Filipinas o del Mediterráneo, o sentimiento de admiración y frustración ante USA al llegar a Filipinas o hablar de los barcos en los que viajó.
Un ejemplo con el Mediterráneo “El “mare nostrum” ya no volverá a ser “nostrum”. No seremos otra vez sus felices poseedores ni como españoles –de eso no hablemos- ni como latinos siquiera. Pues lo de que la Italia de hoy va a recuperar el poderío naval de la antigua Roma es... Iba a decir que es una tontería, pero no lo digo. Porque calificar de tontería los planes de Mussolini, sí que sería “descubrir el Mediterráneo”

Me gustan las incursiones históricas que realiza de lugares como Manila, Shanghai o Hong-Kong. Un poco de historia local te sitúa como viajero, aunque solo sea como viajero de butaca.  Y claro, viajando por donde lo hizo Oteyza, y en la época que lo navegó, es imposible no hablar de los ingleses. Imperiales, orgullosos y ridículos a partes iguales. Oteyza no desperdicia ocasión, “Sabido es que el Paraíso Terrenal se perdió por el pecado que cometieron en colaboración Adán y Eva. Y sépase que, como todo lo que se pierde en el mundo, se lo han encontrado los ingleses.” Otra, a la llegada a Colombo, Ceilán “He de consignar ante todo que nos recibe la cortesía británica. El práctico ha escalado la borda y ha subido al puente tan estirado como su señora madre, la rubia Albión. Se le ha ofrecido un cock-tail que él rehúsa con un movimiento de cabeza y un además señalando el reloj. Por lo visto, a las seis y cuarto de la mañana es muy temprano para tomar la entonante mezcla.
- Yo soy más inglés que usted –le advierte sonriendo amablemente nuestro capitán-, pues a pesar de la hora ya me he bebido dos cock-tailes.
Y el hijo de la Gran Bretaña responde:
- Usted no es nada inglés, pues a pesar de hora no se ha afeitado.”
¿De verdad decían ese tipo de cosas?

Hay una forma de mirar a su alrededor que él llama “Estampas” que creo que son maravillosas. Son fogonazos, instantáneas de la realidad que le rodean, fotografías con palabras. Expresan una curiosidad ante el detalle que cuenta más que lo que cuenta más que lo que dice.  “Pequeños cuadritos en que lo reducido del tamaño se supla con la viveza de los colores. Unas estampas, ¿no? Miradlas como lo que son, miradlas como las estampas se miran: de una ojeada y poniéndolas boca abajo inmediatamente.”
Una forma de meditar brevemente sobre aspectos dispares que salen al encuentro.

Si tengo que ponerle un pero, diría que me queda un poco cojo un relato sobre viajes que no incluye a los lugareños. O directamente o indirectamente me gusta saber lo que piensa la gente de esos países por los que el autor viaja. El contacto no puede ser profundo, pero gracias al buen hacer del escritor, éste acaba por incluir comentarios o encuentros que expresan y cuentan mucho de la gente de habita esos lugares. Quizás, en esta ocasión, no hubo suficiente trato o no era el estilo  de la época, la forma de entender un relato de viajes. No lo sé.
Nunca me han atraído los cruceros como forma de viajar. Cómodos, seguro. Confortables, claro. Facilones, también. No obstante, creo que tienen demasiadas escalas y poco tiempo a disfrutar en ellas. ¿Qué haría un único día en Roma? ¿Por dónde empezar? ¿El Coliseo o el arte sacro? ¿Avenidas con tiendas de lujo, de ver pero no tocar, o terrazas en plazas adoquinadas en las que saborear un capuchino? Y quien dice Roma mira cualquier orilla del Mediterráneo, el Mar del Norte, o el de la China. No podría elegir. Aunque he empezado a pensar que esa es la forma moderna de crucero practicamos en el siglo XXI. Leyendo a Oteyza tengo la impresión que se ha perdido una forma de viajar, sin prisas (únicamente con las que imponían las circunstancias) o incluso teniendo como único interés, los descubrimientos del paisanaje del propio barco. Otra experiencia a degustar.


Historia 10. De España al Japón, LUIS DE OTEYZA

HISTORIA

EL MUNDO DEL QUE OTEYZA SALIÓ

Madrid, años 20


Es difícil entender algo de la historia española de comienzos del siglo XX sin haber buceado un poquitín en nuestro siglo XIX. Las ocasiones en  que lo he hecho, he tenido la impresión de encontrarme con una sociedad que pareció perder la perspectiva no digiriendo la pérdida de su pasado colonial y manifestándose incapaz de implantar una plena democracia. Pues nada, nuestros paisanos mirando hacia otro lado y no logrando encontrar el camino hacia el futuro. Pobrecitos míos, bien sé que es muy fácil juzgar desde mi cómodo punto de mira. Pero la historia es muy tozuda e incapaz de de olvidar tanto los aciertos como los fracasos. Me callo y doy voz a los profesionales.

“Tras el fallido intento de instaurar un régimen democrático durante el Sexenio (1868-1874), se restauró la monarquía borbónica y España volvió al liberalismo censitario. El nuevo sistema político, ideado por Cánovas del Castillo, se fundamentó en la alternancia en el  poder de dos grandes partidos, el conservador y el liberal.

La Restauración duró más de cincuenta años (1875-1931), con una importante inflexión en 1898. Durante  este largo período, que abarca los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII, con el interregno de la regencia de María Cristina, se consolidó un régimen constitucional y parlamentario. Pero nunca llegó a ser plenamente democrático y estuvo dominado por una burguesía oligárquica apoyada en un capitalismo de base agraria.

Con el paso del tiempo, los dos partidos hegemónicos se fueron descomponiendo y no fueron capaces de dar entrada a las nuevas fuerzas emergentes, como el obrerismo y el republicanismo, para ensanchar la base social del régimen y darle estabilidad. En 1898, la pérdida de las últimas colonias españolas, Cuba y Filipinas, sumió a la Restauración en una gran crisis política y moral, conocida como el “desastre”, que resquebrajó los fundamentos del sistema y planteó la necesidad de iniciar un proceso de reformas que modernizaran la vida social y política del país (regeneracionismo)

Crisis de la Restauración 1898-1931.
El desastre de 1898 produjo una conmoción general en el país. Como consecuencia, el régimen de la Restauración entró en una nueva fase, que vino marcada por la subida al trono de Alfonso XII, al cumplir la mayoría de edad en 1902, y que finalizó en 1931 con la caída de la monarquía y la proclamación de la Segunda República.

Durante este período, una nueva generación de políticos y nuevos movimientos sociales (republicanismo, obrerismo, nacionalismo) irrumpieron en la vida española. El régimen de la Restauración fue incapaz de ensanchar su base social hacia esas nuevas fuerzas, que se mantuvieron siempre al margen del sistema y dieron lugar a un aumento de los conflictos sociales y políticos. Entre 1898 y 1912, los partidos dinásticos (Conservador y Liberal), con sus dirigentes principales, Antonio Maura y José Canalejas, intentaron una modernización del sistema. Pero a partir de 1912, la continua decadencia y fragmentación del régimen dio lugar al fortalecimiento de la oposición republicana, obrerista y nacionalista.

El problema colonial en Marruecos y el impacto de la Gran Guerra agudizaron los conflictos, que estallaron el los sucesos revolucionarios de 1917. La incapacidad del sistema de la Restauración para renovarse y democratizarse acabó propiciando la solución militar y, en 1923, el golpe de Estado de Primo de Rivera dio origen a una dictadura hasta 1930. El compromiso de la propia monarquía con el nuevo régimen desembocó en su caída en abril de 1931.

La derrota militar, del desastre  del 98, tuvo también consecuencias en el ejército. () En el seno del ejército fue tomando cuerpo un sentimiento corporativo y el convencimiento de que los militares debían tener una mayor presencia y protagonismo en la vida política del país. Esta injerencia militar fue aumentando en las primeras décadas del siglo XX y culminó en el golpe de Estado de Primo de Rivera, en 1923, que inauguró una dictadura de siete años, y en el protagonizado por el general Franco en 1936, que provocó una guerra civil y sumió a España en una dictadura militar de casi cuarenta años" (J. Aróstegui Sánchez; M. García Sebastián; C. Gatell Arimont)

                                  

Ojo a la reflexión de Oteyza en Filipinas. 

"¡Qué espanto y qué vergüenza! Cuando la proximidad de la salida del sol tiñe de rojo el horizonte, me parece que es el reflejo de la sangre española vertida veintiocho años atrás. Pero, no; esa sangre ha desaparecido: la que cayó en el mar la arrastraron en seguida las olas y la que cayó en tierra fue pronto lavada por las lluvias tropicales. Tampoco ese tinte rojo refleja el rubor de España. ¡Si todo se debió a la fatalidad! No hubo culpables... Y es la prueba que todavía no se ha exigido responsabilidad a nadie, aunque con el tiempo transcurrido, tiempo, lo que se dice tiempo, no ha faltado. Tal vez faltasen ganas. Pero ya se acerca el día... Dejemos esto, como tantas otras cosas, provisionalmente.”
                 
Si se quiere más sobre Filipinas
y sobre Primo de Rivera



 EL MUNDO AL QUE OTEYZA LLEGÓ

Hong Kong, años 20

Cuando Occidente perdió el sentido común y se creyó tan superior como para pensar en dirigir el destino del Planeta entero. Colonialismo e Imperialismo, una más de las tropelías de nuestra cultura. No sé si sirve de mucho horrorizarse. Llegados a este punto, creo que es mejor encajar ese gol metido en la propia meta de nuestra ética occidental, aprender de lo hecho, corregir (aunque viendo el mundo, ni aprender, ni corregir, ni nada de nada) y mirar hacia delante. Me quiero poner pelín positiva y por ello debo decir, que además de exportar prepotencia, también “inventamos” el Renacimiento y conseguimos dar a luz  a la Ilustración (bueno, un intento de equilibrar la balanza y no acabar hundida en la miseria). Voz,  otra vez a los profesionales.   

“Aprovechando su superioridad técnica, militar y financiera, Europa se lanzó al dominio político y económico del resto del mundo. Esta preponderancia se plasmó en términos de dominio territorial, y entre 1870 y l914, las principales potencias económicas realizaron una gran expansión fuera de sus fronteras, creando sendos imperios coloniales.

Esta expansión comportó, por un lado, la explotación directa de los recursos de África, de América latina y de Asia y, por otro, la dominación política de gran parte de esos continentes, ya que la mayoría de las colonias eran directamente administradas por la metrópoli.

Europa en Asia.
China, que no fue ocupada por ningún país, aunque los europeos consiguieron, a principio del siglo XIX, establecer algunos enclaves comerciales. Los ingleses equilibraban las compras de té y seda chinos con la venta de opio que traían de la India. En 1839, el gobierno chino prohibió la entrada del opio, pero los ingleses continuaron vendiéndolo. El conflicto desembocó en las guerras del opio (1839-1842 y 1856-1860) gracias a las cuales el gobierno británico consiguió el enclave de Hong Kong y la apertura de doce puertos al comercio internacional, lo que evidenció la debilidad del Imperio chino ante Occidente. Así, entre 1885 y 1911, se produjo un verdadero asalto a China por parte de los países europeos y de Japón. Francia se situó al sudoeste; Gran Bretaña, en el sur y en el río Yangtsé; Rusia y Japón, en el nordeste, alrededor de Manchuria; y Alemania y Gran Bretaña en la península de Shandong.
                     
A partir de ese momento se intensificó la injerencia económica británica, especialmente en la explotación de las minas, los ferrocarriles y el control del comercio. Este expolio originó reacciones nacionalistas, como la de los reformadores radicales del levantamiento de los Cien Días (1898) y la revuelta popular de los bóxers (1900-1901), que fracasaron. Sin embargo, en 1911, una revolución puso fin al imperio y proclamó la república, en un intento de liberar a China de la dependencia colonial y conseguir la reconstrucción nacional. 
            
                                      
Estados Unidos.
El colonialismo americano, a diferencia del europeo y del japonés, no se caracterizó por la conquista territorial y la imposición de una administración metropolitana, sino por la injerencia en los asuntos internos de los países y la sumisión económica de los gobiernos autóctonos a sus intereses (neocolonialismo). Esta política encontró su mejor exponente en las pequeñas repúblicas del Caribe: Cuba, República Dominicana, Haití, Panamá y Nicaragua. La guerra contra España, en 1898, a propósito de Cuba y Filipinas, ejemplifica esta política.” (J. Aróstegui Sánchez; M. García Sebastián; C. Gatell Arimont)




Historia 10. De España al Japón, LUIS DE OTEYZA

ARTE

¡Tráeme una cosa de la China! 

La verdad es que viendo la travesía que hizo Oteyza, sin prisa y sin descanso, la cantidad de sitios interesantes en los que recaló y la variedad de gente con la que seguramente habló, me pena no haber podido hacerle un encargo, ¡tráeme un souvenir!

No me hubiera importado un buen mantón de Manila, delicado y bien decorado. Debe de ser un placer  poder llevar encima una obra de arte. Arte con mayúsculas, con minúsculas o en cursiva ¿qué más da? Un trabajo creativo hecho con infinito gusto y maestría.




Si a alguien le pica la curiosidad sobre la expresión artística que nuestro viajero pudo encontrar en Filipinas, el Museo Oriental de Valladolid es un buen punto de salida para empezar a conocer.





Pero lo que si le pediría es que me trajera una cosa de la China. Cualquier objeto. Algo con mucho aroma oriental, de tacto suave como el jade o la laca, de diseño delicado como sus pinturas de sus cerámicas o de abigarrada decoración como sus marfiles, leve como la seda o contundente como la madera labrada. Me da igual qué. En todo caso, quiero que al observarlo me traiga algo de la magia y el misterio oriental,  para yo también así, poder sucumbir a los encantos chinescos, aquellos de los que no pudieron escapar nuestros antepasados, ya desde fines  del siglo XVII. ¡China, tan milenaria ella!

Si se quiere dar uno un gustazo visual,  Art Proyect En esta ocasión: Hunan Provincial Museum Y para dar un vistazo general,  arte oriental

Y Europa cayó bajo el influjo oriental. La chinoiserie, ese estilo artístico que chifló a las cortes europeas del XVIII que no sólo se conformó con traer desde el lejano oriente sus refinadas y coloristas decoraciones, aplicadas a variadísimos objetos, sino que también caló en las mentes de algunos arquitectos occidentales en un intento por transportar, a la clase bien, al mágico oriente.


“Chinesisches Haus” del palacio de Sanssouci de Federico II de Prusia. (1754-57)






Desde luego que España no se quedó al margen de todas estas influencias. “Influencias de la idea de Oriente en la arquitectura de España” ni el resto de Europa

Para profundizar un poquitín, “La seducción de oriente: de la Chinoiserie al Japonismo” de David Almazán Tomás.






El gusto por todo lo oriental llegó a todos los ámbitos de la creación artística. El joyero Cartier, a partir de 1910 creó piezas directamente inspiradas en el lejano oriente. ¡Puro lujo oriental! Todo el que pudo  ver la exposición celebrada el año pasado en el Museo Thyssen (El arte de Cartier) sabe de lo que estoy hablando. 



Vale, bajando a la tierra, aunque solo un poco. Quizá Oteyza me hubiera podido traer una pintura de Wu Ch´ang-shih (1844-1927). Perteneciente a la Sociedad del Loto Blanco en Shanghai, creó algunas de las más delicadas representaciones de la naturaleza que se pueden apreciar.


¿Me lo traes?

Historia 10. De España al Japón, LUIS DE OTEYZA

PELÍCULA

DE AQUÍ PARA ALLÁ 
CON LA CÁMARA A CUESTAS

Cuando el cine retrata personajes, cuenta sus peripecias y nos hace partícipes de sus aventuras y desventuras personales, el director de turno corre un riesgo controlado con su propuesta. La cosa puede cambiar cuando esos mismos personajes se ven influenciados, o incluso determinados, por un momento histórico concreto o una situación política determinada. De aquí se puede derivar un problema o una oportunidad de poner en primer término un hecho concreto que adquiere tanta importancia como los azares de los protas. En estas ocasiones, nuestra visión y conocimiento del mundo puede hacernos ver de una u otra manera la obra cinematográfica. Cuidado, es cine. Seguro que por algún resquicio se cuelan las ideas del director o las creencias de una sociedad o de una época. Vale, sigue siendo cine. Ponemos nuestra capacidad crítica a funcionar, y a disfrutar del séptimo arte.

Teniendo todo esto en cuenta, y observando en un mapa la variedad y extensión del periplo de Oteyza, me he permitido el lujo de hacer un picoteo cinematográfico.

La propuesta por excelencia: China, China y China




Una coproducción chino-japonesa, 
“La guerra del Opio” 
(1998) Director: Xie Jin
Reparto: Bao Guían, Lin Liankun, Su Min.
Superproducción sobre el proceso de conquista y colonización de Hong Kong por los británicos. La historia comienza cuando el emperador ordena en 1839 combatir el tráfico de opio provocando con este gesto la ira de los comerciantes de Reino Unido. (FILMAFFINITY)






Un clasicazo. “55 días en Pekín” (1963) Bueno por ver otra vez a Charlton heston y Ava Gardner y escuchar la banda sonora de Dimitri Tiomkin. Director: Nicholas Ray.
China, año 1900. Las embajadas extranjeras en Pekín deben hacer frente a la sangrienta revuelta nacionalista desencadenada por los boxers, que asesinan cristianos. Dentro del recinto asediado, el embajador inglés se une a los miembros de otras delegaciones en un desesperado intento por resistir el asedio. (FILMAFFINITY)








Con “La caja China” (1997) tenemos un ambiente de descolonización y mucha, mucha vida interior de los personajes. Director: Wayne Wang. Reparto: Jeremy Irons, Gong Li.
Hong-Kong, Nochevieja de 1996. En la colonia británica, donde se entremezclan como en ningún otro lugar del mundo, comunismo y capitalismo, tradición y modernidad, se celebra la entrada de un año histórico: el que pondrá fin al colonialismo inglés. John (Jeremy Irons), un periodista británico, especializado en finanzas, que vive en Hong Kong desde hace quince años, está enamorado de Vivian (Gong Li), una antigua prostituta que vive con Chang (Michael Hui), un hombre de negocios que no se casa con ella por su pasado. John recibe la noticia de que tiene leucemia y de que sólo le quedan unos meses de vida, más o menos lo que falta para que Hong-Kong vuelva a estar bajo soberanía china. (FILMAFFINITY)

Cambiando de ambientes me voy a Filipinas. No sé muy bien el motivo, pero hay una inmensidad de periodos, hechos y personajes de nuestra propia historia que sistemáticamente han sido olvidados por el cine. Puede ser que las recreaciones históricas valgan más de lo que nuestro cine patrio puede asumir, o quizás, que nos encontramos con temas y visiones que no sabemos como abordar con elegancia, claridad y sin complejos. Bueno, la cosa es que no abunda filmografía sobre nuestro paso y salida de Filipinas.
La propuesta,  “Los últimos de Filipinas” (1945) de Antonio Román. Reparto: Armando Calvo, José Nieto, Guillermo Marín, Manolo Morán.
El capitán español Las Morenas, comandante del destacamento de Baler, en las islas Filipinas, observa síntomas de una inminente insurrección en su distrito. En espera de los acontecimientos, decide recluirse con su tropa y, tras estallar la revolución, esta situación se prolonga durante un año... (FILMAFFINITY)




Historia 10. De España al Japón, LUIS DE OTEYZA

MÚSICA

MÚSICA PARA UNA TRAVESÍA

Juan de Garay, 1928

Aprovechemos la ocasión que se nos brinda, que el viaje es largo y las tierras variadas. Perfecto.

Cuando Oteyza salió de España, lo más de lo más, eran canciones en la línea de Raquel Meyer, así que nuestro viajero bien pudiera haber canturreado algunos compases de sus canciones,  mientras se duchaba y vestía,  antes de ir a cenar con el resto del pasaje.

Conforme avanza el viaje, se mezclarían distintas influencias sonoras. Por supuesto, en los barcos americanos, los alegres compases de las orquestas, música americana, moderna y chispeante. Glenn Miller. También, algo de música local, china (nada que ver  con lo oído hasta ahora), y un poco del Japón sonoro
Me veo, ya me veo a bordo. No soy muy fan de los viajes turísticos en barco, pero estoy dispuesta a probar uno de esos cruceros de principios del s. XX en los que el viaje era la experiencia  principal a disfrutar, y no tanto los lugares a visitar.

Ahí estoy yo, mirando hacia el mar, la mar, inmensa, viendo como el barco se desplaza sin apenas  menearse (porque quiero que sea lo suficientemente grande para ello, no quiero sorpresas trepidantes que hagan inolvidable la experiencia). En ese momento debería sonar “La mer” CharlesTrenet Antigua, ñoña y maravillosa. No sé el motivo, vale, además del título, pero condensa musicalmente la experiencia visual, deslumbrante y risueña del contacto con el mar.

Pero, a la hora del cóctel, me preparo.  Bien vestida y predispuesta. La banda de música del barco, que la habrá, se arrancará al mejor estilo de Pink Martíni. Primero con un aire oriental. Luego nos animamospara acabar bailoteando
Buen viaje.


13/9/13

La Voyager 1



LA SONDA QUE SE HA SALIDO  
DEL SISTEMA SOLAR

Notición. ¿Notición? La Voyager 1, a puro viajar, ha conseguido salir de nuestro sistema solar (lo hizo en agosto pero nos lo cuentan ahora). Es el primer artefacto construido por el hombre que lo consigue. Comparable a nuestra llegada a la Luna. Toda una hazaña.  En mi ciudad no se ha notado  en absoluto, nada de nada, todo sigue igual. Aquello que no está pegado al transcurrir de la vida diaria o no es puro negocio, en ocasiones, es una historia invisible.

La Voyager ha  viajado a una velocidad de entre 12 y 17 km. por segundo. Buen ritmo, si señor. Ha recorrido un buen trecho teniendo en cuenta que la lanzaron en el año 1977. Que alguien saque la cuenta. No obstante,  vamos a necesitar la velocidad de la luz para poder acompañar a cualquier aparato de este tipo si queremos volver para contarlo.

Un dato encantador.  La Voyager 1 lleva un disco grabado con contenidos como composiciones musicales, discursos políticos, sonidos emitidos por humanos y por la naturaleza en general... En fin, ese tipo de cosas que se supone que nos definen o dicen algo de nosotros como género humano. ¡Ah, nuestra imperiosa necesidad de comunicarnos! Ojala nuestra misiva de con vida, y a poder ser, con seres algo superiores a una ameba, por aquello de no tener que esperar a que desarrollen una inteligencia deseosa de compartir conocimientos y chascarrillos a partes iguales.

Estamos abriendo una rendija en la puerta del universo y ¿qué vemos?, que el Cosmos se expande, se crean y destruyen mundos sin descanso, hay luz y oscuridad por todas partes, masa y vacío y, que a nada de todo esto le importa en absoluto lo que hagamos los humanos con nuestro afán por curiosear. Pero ¿cómo resistirse a  no ser el único ser vivo inteligente, por ahora, que no puede parar quieto?
Pues eso, NOTICIÓN





4/9/13

Historia 9. Star Trek Into Darkness

PELÍCULA


RAZONES PARA SACAR BILLETE EN EL ENTERPRISE 


Igualito igualito que una adolescente. Así he disfrutado con la tripulación de Star Trek, porque cuando las cosas están bien hechas, es muy fácil entrar  en el juego. ¡Aventuras y ciencia ficción! ¡Soñar a tus anchas! No necesito más.

No soy  seguidora acérrima de Star Trek. He visto alguna de las películas de la saga  ¿quién no?, pero no todas.  No sé si es un dato a favor o en contra a la hora de posicionarme con la película, pero  me da igual. Veo la peli como una aventura única, sin referencias que  condicionen o personajes que mediaticen. Nada de nada, de lo más ingenua.

Y con ese punto de partida,  he sentido ganas de que me hicieran un hueco en la sala de control de la nave, en primera fila, viendo desfilar todo el universo por la ventanilla. Los chicos/as del Enterprise  me han “engañado” para acompañarlos con múltiples argumentos.

La promesa de explorar mundos desconocidos.
No tierras, ¡mundos! En el espacio todo se hace a lo grande. Las distancias son inmensas; las proporciones de planetas (planetas de nivel M, Z o que sé yo) y naves, gigantescas; los riesgos incontables; los seres desconocidos con los que contactar, lo más raros que alguien pueda pensar. No hay freno a la imaginación y la recompensa es la exploración de lo desconocido, conocer. Me apunto. Tampoco se andan con tonterías a la hora de planear la aventura, viajes de exploración de 5 años, que no son turistas sino viajeros (ya se sabe, el turista desde que sale de casa está pensando en volver, el viajero quizá no lo haga nunca)
           
El deseo de contar con  tecnología por un tubo.
Vale, el escenario es un mundo desconocido, básicamente por ser un mundo futuro. ¿Y qué suponemos que habrá en el futuro en demasía? Pues eso, tecnología. Inútil o eficaz, pero seguro que un montón. Uno de los principales encantos que tienen las películas de ciencia ficción es ese, el aventurarse a pensar cómo solucionarán los técnicos del futuro, los problemas cotidianos y básicos. Además,  Naves de clase H o similar  (vaya, utilitarios como los utilizados por los protas para acercarse a los planetas, o meganaves que surcan el espacio como el Enterprise); teletrasportación, con sus arcos de desaparición, el viaje personal más rápido;  motores de curvatura, bueno algo parecido, ¡si Einstein levantara la cabeza, no consentiría en volverse a la tumba¡
           
Además, me cuentan  una historia.
Trama, la suficiente. Cuando una peli se clasifica en el género de ciencia ficción, acción,  aventuras,        mi cota de exigencia en relación al argumento no es excesivamente elevada. No             obstante, si la trama se reduce a que unos corran detrás de otros, hasta que llegue el final y ganen los buenos, mi decepción es soberana. Debe  pasar  algo,       peligroso, complicado,   sorprendente. Me cargan las carreras sin fin con fuegos de artificio incorporados. No es el caso.
Cuando a la tripulación de la nave Enterprise le ordenan que regrese a casa, en la Tierra se enfrentan a una terrorífica fuerza que, aparentemente desde dentro, ha perpetrado un ataque a la cúpula de la Federación y todo lo que esta representa, sumiendo a la flota en una profunda crisis. Con un asunto personal que resolver, el capitán Kirk encabeza una incursión a un planeta en guerra para capturar a un hombre que es un arma de destrucción masiva. A medida que nuestros héroes se van sumergiendo en una épica partida de ajedrez a vida o muerte, la lealtad se verá puesta a prueba, las amistades se romperán, y habrá que hacer ciertos sacrificios por la única familia que le queda a Kirk: su tripulación. (FILMAFFINITY)

La certeza de seguir siendo humanos (sentimientos y amistad) en un mundo hipertecnológico.  (Bueno, al fin y al cabo son humanos) He visto duelos con armas en los que los contendientes se juegan el tipo, de toda especie y peligrosidad, pero aquí, menos mal,  también hay duelos internos, psicológicos, de esos en los que cada uno se pregunta si puede reaccionar de diferente manera, si lo correcto es seguir las normas o dejarse llevar por impulsos dictados por el sentimiento y la amistad. Ya se sabe, pasión o razón. Bueno, sin asustarse, algo de eso hay, lo justo para implicarse con los personajes en cuestión, nada más.

La posibilidad de humor en situaciones límite.
Toquecitos de humor, para aligerar. Mira, ésta es una costumbre que yo suelo agradecer del cine americano, bueno cuando no abusan. No obstante, cuando hilan fino y los personajes introducen pequeñas notas humorísticas, aquí y allí, con tino, consiguen personajes más humanos, más próximos, en fin, me ganan.

La certeza de que los héroes siguen vendiendo.
Heroísmo a raudales. Otra característica del género. Tiene que haber héroes, esforzados, generosos, dispuestos, de esos que no piensan más que en su deber y desprecian su bienestar personal. ¡Se encuentran tan pocos¡ Aunque hay que limitarse a personajes de novela, me saben a gloria. Un pequeño revés. Buenos y malos, pelín tópicos pero aceptables dentro del tono heroico.  

La seguridad de contar una historia espectacularmente.
El cine americano haciendo espectáculo. Cuando la maquinaria americana se empeña en hacer cine espectáculo, no hay quién la supere. A veces, sus grandes rivales son ellos mismos, por pasarse y convertir una historia en una traca de fuegos artificiales. Pero si se contienen, el resultado siempre es bueno. Color, música, escenarios, vestuario, efectos, ritmo, trama, personajes, dirección. Todo funciona como un mecanismo bien engrasado.  Pues eso, que te metes en la historia con el primer empujoncito de la peli. Sobre los protas, me quedó con el buenísimo malo, el inglés Benedict Cumberbatch, es difícil que te deje indiferente. 
Trailer






Historia 9. Star Trek Into Darkness

HISTORIA




HISTORIA DE MUNDO FUTUROS

¡Cómo me suena eso! Puro sueño. Imaginar, proponer, diseñar, construir un mundo por venir. Parece materia de la literatura, no de la historia que explica e interpreta el pasado. Quizás la ciencia. Ella si se ha dedicado a abrir el camino.


¿Qué es un viaje espacial? El viaje que abandonando la atmósfera terrestre llega al espacio exterior. Además podemos viajar de forma interplanetaria (saliendo de la orbita terrestre y lunar) e incluso interestelares (dejando atrás el sistema solar).  Incluso hemos hecho categorías y clasificaciones sobre los garbeos espaciales. Todo esto suena de lujo, muy glamoroso, importante, arriesgado. Pero de verdad ¿hasta donde hemos llegado con nuestros intentos? Poco y mucho. Lo juro, las dos cosas a la vez. 
¡Llevamos tan poco tiempo haciendo historia! ¡Y hemos corrido tanto...!
Los hermanos Wright realizaron el primer vuelo en 1903. El soviético Yuri Gagarin fue el primer ser humano en realizar un viaje al espacio, al orbitar la tierra en abril  de  1961. El americano Alan Shepard, le siguió un mes mas tarde. Si mis cálculos no son malos, únicamente habían pasado 58 años, una nadería si pensamos en tiempo histórico, bueno y en cualquiera. 

Pero hay no acaba la cosa. Desde los años 80 se empezó a trabajar en hacer realidad una estación espacial permanente. De esta forma surge la actual  Estación Espacial Internacional (EEI) que comprende a cinco agencias espaciales (NASA, Agencia japonesa de Exploración Espacial, Agencia Espacial Federal Rusa, Agencia Espacial Canadiense y Agencia Espacial Europea). 

Es nuestro “hotelito” espacial desde el 2000, lugar de investigación científica y laboratorio psicológico, seguramente no apto para asociales (aunque a la hora de hacer el casting espacial no se si se valorarán más el apreciar la compañía humana o repelerla, vaya usted a saber).

Espectacular, y no es ciencia ficción.










Entre los hermanos Wright, Gagarin y Estación Espacial Internacional ha pasado muy poco tiempo y muchas cosas. Se ha llegado a la Luna, se han enviado satélites, sondas para explorar planetas, se han sucedido misiones que son semejantes a odiseas espaciales (Apolo 13) y catástrofes, como la del Challenger en 1986 y el Columbia en 2003, que cuestionaron los diversos programas espaciales. Marte, el último grito en viajes totales. Proyecto Mars One. Ir a Marte y no volver ¿en serio? ¿es serio?Marte riguroso En este momento, a nadie parece interesarle visitar la Luna ¿para qué? . El último grito en viajes espaciales es Marte. Plantea algún que otro problemilla pero ¿no hubo un momento en el que el hombre pensó que la Tierra era plana y lo superó? Pues eso.


Más, más, más... 
Para estar al cabo de la calle de todo lo que pasa más allá de las nubes (Viajes espaciales de RTVE. Noticias) La ciencia aplicada de Star Trek.


 


Historia 9. Star Trek Into Darkness

LITERATURA


VIAJANDO SOBRE LÁPIZ Y PAPEL

¿Buscadores de conocimiento o fantasiosos sin remedio?¿Mentes aventureras o escapistas de la realidad? ¿Visionarios o pelín chalados? Todo a un tiempo, seguro. En cualquier caso, puro sueño. Para muchos, lo que hace que se inclinen en uno u otro sentido es que el futuro les dé o no de alguna manera la razón. Pero bueno, la literatura no tiene que tener razón, simplemente, y hay es nada, tiene que comunicar, conmover, transportar a otros lugares y otras situaciones. Más que suficiente.

Grandes sagas literarias y cinematográficas.

Apabullada estoy sobre la cantidad de literatura que existe sobre Star Trek. Si a ella le unes la enormidad de Star Wars, puedes estar toda una vida viajando por el espacio interestelar. ¿Calidad?


Los primeros viajes espaciales en la literatura
Hasta los siglos  XIX-XX no hay demasiada literatura que tenga como tema principal los viajes espaciales, quizá había tanto por descubrir en la Tierra que todavía no había surgido la imperiosa necesidad del viaje espacial. No obstante, podemos apuntar algunas rarezas  de una calidad literaria seguramente incuestionable
. De facie en Orbe Lunae, Plutarco (s.I d.C.)
. Sommnium, Johannes Kepler (1634)
. The man in the Moone, Francis Godwin (1633)
. Voyage dans la lune, Cyrano de Bergerac (1649)



Los imprescindibles.
El plato fuerte para el final. Algunos de los autores que han tenido algo que decir sobre ciencia ficción y viajes espaciales son estupendos literatos e incurables soñadores, quizás visionarios, el tiempo lo dirá.
. JULIO VERNE
De la Tierra a la Luna (1865), Alrededor de la Luna (1867)
. H.G. WELLS (1866-1946)
La guerra de los mundos (1898), La máquina del tiempo.
. ISAAC ASIMOV (1920-1992)
Yo, robot (colección de relatos), La Fundación (saga compuesta por dieciséis libros), El fin de la eternidad.
. ARTHUR C. CLARKE(1917-2008)
2001: Odisea en el espacio, El fin de la infancia
. ALDOUS HUXLEY
Un mundo feliz
. FRANK  HERBE
Dune
. RAY BRADBURY (1920-2012)
Fahrenheit 45, Crónicas Marcianas.

Hay donde elegir, viajar sin moverse de casa. Calidad garantizada, se devuelve la ilusión si la travesía no ha sido plenamente satisfactoria para el viajero.

¿En qué se escribirá en el futuro?

Historia 9. Star Trek Into Darkness

ARTE


APOSTANDO EN TEMAS ARTÍSTICOS

Tenía la idea, totalmente equivocada, como tantas otras veces, de que el arte de Star Trek me iba suponer un problema. ¿Cómo iba a degustar un arte todavía por llegar, un futurible? Si el concepto de arte  es esquivo en muchas ocasiones, pensar con qué se conmoverán nuestro congéneres de siglo venideros, se me antojaba trabajo arduo. Pues he aquí que me he topado con cosas,  en ocasiones,  deliciosas, y en otras majestuosas.

 
Obras artísticas que se llevan puestas. Si,  digo bien, puestas. Vestidos a la última, o a la próxima, elegantes, sobrios, prácticos, homogéneos. Quizá practicidad estética, con vocación artística, mimetizándose con los escenarios siderales, tan técnicos y plásticos. Un poco impersonales para mi gusto, pero eso sí, requetemodernos. La sección de peinados y ornato de testa es de  todo menos funcional. Todo el punto de coquetería del personal, queda recogido allí. Cortes de pelo impensables, colores inimaginables de coordinar con ningún color de piel o raza espacial, peinados a lo princesas Leia y Amidala º (Guerra de las Galaxias) y del propio Star Treck. Si todo esto no es trasgresor, vanguardista, provocador y expresivo de la personalidad del/la cosmonauta de turno, es que no se tiene ni una migaja de sensibilidad estética.
Trajes espaciales ¿hay algo de glamour y coquetería o es todo práctico y aséptico?



Obras de arte para lo que las utilizamos el común de los mortales, bueno los que pueden, para decorar nuestros espacios interiores, embobarnos con ellas y/o alucinar: objetos tangibles o no. Aquí me desorienté un poco al principio. Estas pelis de aventuras trepidantes suelen poner el acento en la tecnología y el objeto artístico, puro deleite o expresión, queda un poco olvidado. Aparecen espacios interiores diáfanos, asépticos, lisos, redondeados, plásticos, luminosos. A penas nada en las paredes y ni un mal jarrón en las mesas, si las hay. Todo lo no funcional parece desaparecer. Pero, quizá aquí nos hemos adelantado un poco, los artistas presentes, contemporáneos, ya se han puesto a crear teniendo como referencia principal la tecnología, la robótica... Parece innovador, transgresor, aunque seguramente los artistas de todas las épocas siempre han hecho eso. 
Un proyecto concreto (Biopus), toda una experiencia









Arte por derecho propio. Nunca pasarán de moda. No están sujetas a crítica. Siempre nos conmueven y deleitan, y si tenemos un poquitín de cuidado, siempre estarán ahí para nosotros, como si fueran eternas. Atentos a este "Lo que un astronauta ve"
(Me he acordado de algo que hace tiempo le oí decir a nuestro astronauta Martín Duque: desde el espacio la Tierra no tiene fronteras políticas)