30/1/15

Historia 26. El huérfano, ADAM JOHNSON

Libro
TRAGAR SALIVA

Hace algunos años, Andrés Calamaro cantaba a la libertad en una canción del mismo nombre en la que decía que la conocen muy bien los que la han perdido. No le faltaba razón al decir que no somos conscientes de todo lo que implica vivir en libertad hasta que desaparece de nuestras vidas. Pensar, elegir, decidir, actuar, haciendo uso de la propia libertad. Con todo el derecho a acertar o a equivocarse en todos y cada uno de los aspectos de la experiencia vital de cada cual. Y es en los regímenes democráticos donde la libertad tiene su expresión más desarrollada. De esta manera, al introducirte, aunque solo sea por la vía del conocimiento literario o histórico teórico, en estados en los que la libertad no existe ni en el pensamiento de cada cual, obras como ésta, se convierten en un homenaje a la democracia precisamente por su ausencia. La gran ausente omnipresente. Esa rara avis tan imperfecta y valiosa a la que no hay que dejar de vigilar y mimar. Por su carencia, sufres con  su protagonista. Te  asfixias en su mundo opresivo. Las ideas toman la forma del molde para el que fueron diseñadas. Los límites son estrechos y nunca se está seguro de cuál es el modo de actuar correcto y, por ello, algunos de los personajes se estrellan. Es imposible acertar cuando las normas son el sometimiento y el miedo. Son raros los momentos en los que el protagonista Jun Do experimenta algo parecido al sentimiento de libertad: “El mar era espontáneo de una forma que no había visto nunca: tu cuerpo no sabía hacia dónde iba a tener que inclinarse al cabo de un momento pero, al mismo tiempo, te terminabas acostumbrando a ello. El viento en los aparejos parecía comunicarse con las olas que levantaban a hombros el casco y por la noche, tendido encima de la timonera, Jun Do tenía la sensación de encontrarse en un lugar donde uno podía cerrar los ojos  y respirar

La historia de Jun Do es la de un huérfano que toda su vida la pasa sirviendo a su gobierno. Como soldado, como secuestrador, y como agente de la inteligencia militar. Obedece sin dudar todas las consignas de estado opresivo, absurdo y brutal e intenta buscar el amor del cual ha sido privado desde su niñez. Con este hilo argumental Adam Johnson escribió su obra con la que consiguió  del premio Pulitzer 2013.  Alienación. Despersonalización. No hay individuos.  Únicamente es válido el sistema. El sistema y/o el Líder, el querido Líder, que son la misma cosa. Estos se hacen corpóreos en la ciudad, en Pyonyan, un personaje más.  Todo emana de allí. En este lugar se toman las decisiones y se concretan las órdenes. Y, a su vez, es una entidad a la que no existe la posibilidad de concretar y responsabilizar. Es un ente fuera del alcance, un estado de las cosas, incapaz de  cambio y con derecho a ser lo que es. La administración, la sociedad, grandes centros de actividad y poder, totalmente autistas a sus efectos.

Hay acciones, objetos, momentos, que más allá de lo que cuentan en su propio desarrollo o presencia, se convierten en símbolos, son algo más que lo evidente. Hay tres buenos ejemplos. La historia comienza con un altavoz que aparece en numerosas ocasiones de la narración y se convierte en el gran hermano sonoro. Un altavoz omnipresente guía la vida de los ciudadanos. Informa de lo que hay que saber y de como hay que saberlo. Se cuela en las casas y las conciencias. Lo invade todo.
Otro, un pasaje breve e inquietante. La pesca del tiburón a bordo de un pesquero en aguas coreanas. No de tiburón sino de aleta de tiburón. Se pesca al animal. Se cortan las aletas, y todavía vivo, se arroja al mar. La muerte es segura al no poder nadar faltándole las aletas. Y un tercer episodio, que se mueve entre la tragedia y la comedia, produce una sonrisa indigesta. Un barco pesquero en el que por una temporada estuvo el prota., “pesca” accidentalmente  un cargamento a la deriva de zapatillas deportivas de marcas americanas. Felicidad colectiva e imposibilidad de mantener esa alegría llevándolas a tierra. Los problemas que iban a suponer la posesión de esas zapatillas son tales que la tripulación prefiere devolverlas al mar. Así, el barco se aleja tirando las zapatillas por la borda, deshaciéndose de su tesoro, de un regalo inesperado. Puro surrealismo.

¿Y en ese intento de controlar los actos y los pensamientos de las personas, también se llega hasta los sentimientos? ¿Hasta el amor? ¿Se puede obligar o disuadir a alguien sobre a quién tiene que amar o no? El protagonista de El huérfano se enamora. Está por encima de su voluntad y con ello realiza un acto de rebeldía, un canto a esa libertad de la que nunca ha disfrutado.

Como contrapunto, el régimen tiene una idea realmente curiosa sobre cómo tiene que ser el amor. Un pasaje espléndido: “Dentro reinaba un ambiente cálido y húmedo, y había una niebla baja. Los esposos paseaban entre las hileras y las plantas parecieron darse cuenta: sus flores se volvían al paso de los amantes, como si quisieran embeberse del honor y la modestia de Sun Moon. La pareja se detuvo en lo más profundo del invernadero, para disfrutar reclinados del esplendoroso liderazgo de Corea del Norte. Un ejército de colibríes, expertos polinizadores del Estado, flotaban sobre sus cabezas, y el zumbido de sus poderosos aleteos penetró en el alma de nuestros amantes, deslumbrándolos con los destellos iridiscentes de sus cuellos, mientras sus largas lenguas se agitaban de puro deleite. Alrededor de Sun Moon se abrían las flores, los pétalos se apartaban para revelar antenas de polen ocultas. El comandante Ga sudaba y en su honor diremos que los estambres desprendieron su fragancia en nubes de dulces esporas, que cubrieron los cuerpos de nuestros amantes con la pegajosa semilla del socialismo. Sun Moon le ofreció su Juche y él le entregó la esencia de programática Songun que albergaba en su interior. Su intercambio, largo y profundo, culminó en una exclamación mutua de conciencia de Partido. De pronto, todas las plantas del invernadero se estremecieron y se despojaron de sus flores, que formaron un manto sobre el que se tendió Sun Moon, mientras una nube de mariposas se posaba delicadamente sobre su inocente piel. ¡Finalmente, ciudadanos, Sun Moon había compartido sus convicciones con su marido!

Con un estilo directo, parco, eficaz, con escaso uso de adjetivos, Adam Johnson  nos cuenta su historia Adam Johnson. Poderoso e inquietante al describir en con sencillez y normalidad circunstancias y hechos que no lo son de ninguna manera. Una realidad brutal e irreal.



Historia 26. El huérfano, ADAM JOHNSON

Historia

RIDÍCULO A LA VEZ QUE BRUTAL

La realidad siempre es un fabuloso argumento de ficción. Sorprende en situaciones imposibles de imaginar, personajes difíciles de construir, hechos absolutamente faltos de lógica. Hay episodios históricos que si nos los presentan como lo que son, acontecimientos reales, parecen falseados, no encajan en el desarrollo lógico de las cosas ni en la aplicación del sentido común. Leyendo la obra de Adam Johnson se puede pensar que es fruto de un mal sueño, una sociedad alienada, impersonal y sometida por el miedo. Lo importante es sobrevivir frente a vivir. Y cuando te interesas un poco por Corea del Norte, te das cuenta de que hay una base real en la obra literaria y entonces el pasmo es mayúsculo pues no se trata únicamente de una pesadilla literaria.

 “De pronto algo le llamó la atención. Echó un vistazo a la pared blanca, justo encima de la puerta. Allí no había nada. Nada de nada. Se sacó la cámara del bolsillo y mientras el guarda y los enfermeros hablaban acerca de las virtudes de varias marcas de tabaco, Jun Do tomó una fotografía de la pared blanca, vacía. “A ver si entiendes lo que estoy intentando decir, Wanda” pensó. Nunca, en toda su vida, había estado en una habitación en la que no hubiera los retratos de Kim Il-sung y Kim Jong-il encima de la puerta. Ni en el orfanato más mísero, ni en el vagón de tren más viejo, ni siquiera en el retrete inmundo del Junma. Jamás había estado en un lugar que no fuera digno de la constante mirada de preocupación del Gran Líder y el Querido Líder. En realidad, se dijo de pronto, no era que aquel lugar fuera indigno, sino que ni siquiera existía

En historia es difícil encontrar el origen, el principio de las cosas, pero en esta ocasión, si podemos decir que hay un antes y un después de la guerra de Corea en plena Guerra Fría.







Historia 26. El huérfano, ADAM JOHNSON

Película


¡DIFÍCIL, DIFÍCIL!
Es una tendencia en alza. La libertad de expresión da cangelo. Con un pie en lo políticamente correcto y otro en lo censurado ¿queda sitio para hacer uso del libre pensamiento? Nunca ha sido fácil pero ahora parece ponerse más difícil todavía. Claro, si a uno le llaman Líder, querido Líder, aquello de la crítica, la disidencia y la disconformidad es impensable. Además de feo sería una bomba en la estructura del sistema, así que mejor nos vamos olvidando de disentir. Pero al líder, al gran líder que todavía no domina el mundo mundial le aparecen personajes que no le comprenden e incomodan. Así que reacciona. Si la peli se estrena, os vais a enterar!


The Interview
Año 2014
Duración109 min.
País Estados Unidos Estados Unidos
Director Evan Goldberg, Seth Rogen
Reparto: James Franco, Seth Rogen, Lizzy Caplan, Randall Park, Diana Bang, Timothy Simons, Reese Alexander, James Yi, Paul Bae, Geoff Gustafson, Anders Holm, Charles Rahi Chun, Eminem, Rob Lowe, Joseph Gordon-Levitt
Sinopsis:Dave Skylark (James Franco), presentador de un conocido programa de entrevistas, y su productor, Aaron Rapoport (Seth Rogen), consiguen una entrevista exclusiva con Kim Jong-Un, dictador de Corea del Norte. Ante tal oportunidad, la CIA les pide un "favorcillo": asesinar a Kim. Pero lo cierto es que Dave y Aaron no son las personas más cualificadas para realizar un magnicidio... (FILMAFFINITY)

Si aceptamos que la red es un reflejo de los intereses, gustos, preferencias de las masas, tendremos que concluir que el cine coreano no despierta pasiones fuera de sus fronteras. Son escasas las referencia y raros los ejemplos localizables, no obstante aquí van dos puntos de partida y tres ejemplos. ¡Buen provecho¡


El cine de Corea del Norte, Antonio Férnandez 
Munárriz

Fecha de publicación: Octubre del 2013
Género: Estudios sobre cine
ISBN: 978-989-51-0658-5
“Después de un visionado sin perspectiva cronológica de películas y documentales de Corea del Norte, al que se sumaron trailers y fragmentos de otras obras; lo defino como un celuloide bello, bien ejecutado y de enormes cualidades morales. Es el primer libro que aborda este cine y da la clave para entenderlo independientemente del desconocimiento del idioma.
El cine en Corea es vanguardia. El cine norcoreano no necesita perder su calidad en beneficio de lo comercial y es capaz de progresar manteniendo un gran nivel artístico”.  Antonio Fernández Munárriz



La chica de las flores

Pulgasari
Año 1985
Director Chong Gon Jo, Shin Sang-ok
RepartoChang Son Hui, Ham Gi Sop, Jong-uk Ri, Gwan ri, Gyong-ae Yu, Hye-chol Ro, Sang-hun Tae, Gi-chon Kim
Ciencia ficción. Acción. Fantástico | Monstruos
Sinopsis: Basada en una leyenda del siglo XIV y muy influenciada por las películas de Godzilla, Pulgasari trata la historia de un herrero que, encarcelado por un malvado rey que oprime a su pueblo, crea un muñeco de arroz y tierra que al caerle accidentalmente una gota de sangre de su hija, cobra vida y empieza a crecer a medida que come acero. Cuando consigue un tamaño considerable liderará una revolución junto a los campesinos en contra del malvado rey. (FILMAFFINITY)



Historia 26. El huérfano, ADAM JOHNSON

Arte

VALORES PATRIOS A TODO COLOR

Me atrevería a asegurar que las preocupaciones de Jun Do, el protagonista de El huérfano están orientadas cuestiones vitales más que estéticas. también se muestra sensible cuando se encuentra ante la belleza. De esta manera, son raros los hilos artísticos de los que tirar para descubrir el arte de la sociedad en la que se desenvuelve Jun Do.
(Abro paréntesis y a modo de chascarrillo he de decir que me he topado con un artículo periodístico en el que se asegura  que la moda coreana es sensible, también aquí, a los gustos del líder y su corte de pelo hace furor)

¿Cuáles serán las inquietudes artísticas de los creadores norcoreanos? ¿Habrá trasgresión, innovación e inconformismo en sus obras? ¿Han encontrado un camino expresivo continuista en el fondo y rompedor en la forma? Si el arte sigue por los mismos derroteros que los demás aspectos de la sociedad, los interrogantes sobran, pero estoy dispuesta a sorprenderme. Veamos.





Me quedo algo más tranquila. Si el pueblo coreano, sea de la parte que sea, en algún momento de su historia, llegó a tal armonía expresiva, en algún rincón de la sensibilidad de sus habitantes resurgirá, transformada y enriquecida.





Historia 26. El huérfano, ADAM JOHNSON

Música


MÚSICA PARA EL ALMA


No es de extrañar que el flautista de Hammelin se sirviera únicamente de un instrumento musical y de una melodía para convencer y vencer. El poder de la música es evidente. No solo embriaga, conmueve y con la letra adecuada puede llegar a ser transformadora.
Dejando un poco esquinado el impacto que produce en nuestra parte más sensible, y poniéndonos pelín intelectual, tengo que confesar mi absoluta perplejidad. ¡Qué riqueza y que distancia proporcionan las distintas culturas! No poseo las suficientes herramientas para que el mensaje profundo de estas músicas tradicionales coreanas me transforme a mí también. 
























Pero en un momento dado se produce una variación, un cambio que lo transforma todo, y a la tradición se une la exaltación de los valores patrios y de lo heroico. Esto está bastante más claro


















No hace tanto de la división de Corea a través de una línea imaginaria y  real, pero la diferencia es muy clara. El “eslabón perdido” seguro que existe, pero no lo he encontrado aunque me he topado esta juventud surcoreana.


Como despedida y cierre,












Para acompañar algunos pasajes de la novela: Amute














 Mil gracias a mi colaborador.

Códigos Ocultos


La Naturaleza no nos necesita

14/1/15

Espera un poco que me lo pienso


ESPERA UN POCO
QUE ME LO PIENSO
Si nos dejamos llevar por ley del mínimo esfuerzo, el pararse a pensar puede llegar a ser un fastidio, no tenemos tiempo, da pereza…  pero no hay otro remedio. Ejercitar ese órgano que dicen de color gris y que se aloja en la cabeza, cada día que pasa es más  importante.

La dirección evolutiva que nos descubrió Darwin nos lleva a desarrollar un hombre-mujer físicamente justito/a y cerebralmente sobredimensionado/a. Y es que subidos a lomos de la tecnología no hay quien nos pare. El hombre sabio, enciclopédico, renacentista, a la manera de Da Vinci, se quedó allá, en el siglo XVI y alrededores. Tranquilo todo el  mundo, no importa. En todas las épocas nacen y se hacen personas que no paran en toda su vida de establecer relaciones neuronales, y que a base de hacer uso de ellas, obtienen un producto del cual nos beneficiamos los demás. Con ese esfuerzo y con la ayuda de la inteligencia artificial, estamos alcanzado velocidades de crucero en nuestros conocimientos difícilmente imaginables hace unos pocos años.

Pero no nos engañemos. Gran parte de lo conseguido con la catapulta informática, para una abrumadora mayoría, no desarrolla saberes excesivamente profundos en cada uno de nosotros,  casi todo es más bien a nivel usuario, intuitivo, instintivo… Así pues, un mundo de posibilidades a nuestro alcance si tenemos ojos para ver, dedos para enredar e intuición para acertar. Ya, bien. Con todo y con ello, no se me va de la boca el regusto agridulce que me provoca el saber que unos pocos piensan mucho y  los demás lo hacemos menos. ¡Oye, qué descanso! Y me ratifico en la impresión cuando veo que caminamos en esa dirección, al comprobar por ejemplo, que se baraja la posibilidad  de eliminar la enseñanza de la filosofía de nuestro bachiller, materia fundamental para aprender a pensar y a seguir aprendiendo.

Esta idea en la que parece que el esfuerzo que supone pensar y crear criterio propio está algo sobrevalorado, mientras que lo que verdaderamente está la mar de bien visto es tener sobre el saber, o incluso el ser, me viene de cuando en cuando con un movimiento cíclico. El último recordatorio lo he tenido al leer la penúltima buena idea de Zuckerberg, el creador de Facebook: “A year of books” (Un año de libros) Consciente y concienciado de la importancia de la lectura, Zuckerberg va a apadrinar, crear, inaugurar… un club de lectura. Bien. Guiado por el afán de difundir buenos hábitos y mejores conductas, va a difundir entre sus miles de seguidores los beneficios de leer un libro al menos cada 15 días, proponiendo un título. Imagino que hay un buen número de autores cruzándose los dedos, hasta los de los pies, para estar entre los elegidos, el resultado ha sido más que notable para Moisés Naím y su “El fin del poder” que ha conseguido pasar del número 203 al 19 de los best sellers (Amazon), después de la primera recomendación de Zuckerberg.

Pues bien, difusión cultural a tope.  Y a continuación, esa neurona trapecista que tengo y que salta de una cosa a otra, me ha llevado a recordar una noticia aparecida a mediados del año pasado. La noticia reflejaba un estudio hecho por Facebook en el que manipulaba el estado emocional de las personas valiéndose de mensajes positivos o negativos.

De esta manera, pequeñas dosis de optimismo nos hacen estar más positivos y las noticias negativas nos hunden el ánimo. Nada nuevo bajo el sol, dirán los psicólogos. Por otra parte, que críticos y aficionados recomienden o compartan libros o contenidos culturales tampoco es nada extraño. No obstante, cuando desde un medio de masas con miles de seguidores parecen jugar a influir en los estados de ánimo de sus seguidores ( a modo de prueba, experimentando, jugando), o en lo que leer, puede que debamos pararnos a pensar. Ha llegado el momento. Nos apetezca o no, será conveniente no digerir sin cuestionar todo tipo de productos apadrinados por gurús mediáticos, y mucho más sano beber de distintas fuentes. Luego pararse a pensar mientras hacemos una digestión intelectual altamente enriquecedora, y llegar a acertar o no por propio convencimiento. ¡Qué esfuerzo!