29/5/15

Historia 30. Cabaret Biarritz, JOSÉ C. VALES

Historia
LOS VEINTITANTOS
Hay ciudades que deben su honor y fama, su derecho a brillar con luz propia, el poder evocador que consiguen con solo la pronunciación de su nombre, únicamente por un período histórico concreto. En ocasiones dicho espacio temporal es breve pero con tal  personalidad que la situaron en el mapa y lo pasado antes o después en la villa, no tiene mayor importancia. Biarritz es una de ellas, en esas primeras décadas del siglo XX. La ciudad fue destino vacacional y de descanso de lo mejor de la sociedad europea y de lo más granado de los trepas que acudían a su arrimo. La ciudad brindaba un clima benigno y suave y la mejor pasarela social imaginable. Todos los recién llegados esperaban ver y ser vistos por los que dictaban las reglas del saber estar. Esa época deja impronta en la ciudad y, tanto la literatura de viajes adecuada como las guías de viaje al uso dan fe de ello pudiendo rememorar una vida con perfume de tiempo pasado, glamuroso y exclusivo, al recorrer sus calles y admirar sus edificios.  El propio Vales, al cual tuve el placer de escuchar en uno de esos encuentros que los autores realizan con sus lectores, se declaró totalmente rendido a la magia de ciudades como Brighton, Niza, Batha, Capri, San Sebastían  o la propia Biarritz.

 “Y si durante la noche Biarritz era un prodigio de diversión y entretenimiento, por el día reinaban la elegancia y la cortesía. Las sombrillas y los sombreros más finos, adornando las bellezas de París, Londres, Sarajevo, Varsovia, Moscú, Madrid y San Sebastián, paseaban por la promenade, frente al Casino, y las damas con espíritu más deportivo alcanzaban incluso el Rocher de la Vierge o incluso el puerto Viejo” 

“La guerra había concluido y, a pesar de los espantosos desastres que sembró por el continente, los europeos parecían decididos a tomarse la revancha: era como si estuvieran deseando consumir todo el champán que no habían podido beber durante la contienda, como si los músculos se hubieran desentumecido y estuvieran deseando entregarse al charlestón, o como si las polillas se hubieran zampado todos los ampulosos vestidos de antaño para dejar al aire los encantos y la belleza de los jóvenes.”

Cierto, la Gran Guerra había concluido y los felices y locos años 20 estaban en su esplendor, pero corriendo de forma paralela a este mundo, se estaban formando ideologías que acabarían por desembocar, de nuevo, en otra guerra mundial, eran los fascismos.
         

                          



No hay comentarios:

Publicar un comentario