29/10/13

Historia 11. El médico alemán, LUCÍA PUENZO

ARTE





LA SENSIBILIDAD DE LOS INSENSIBLES




He leído que Mengele tuvo una buena formación y que le gustaba el arte y la música. Si fue así, su sensibilidad y empatía debió educarse tanto como si dicha formación la hubiera recibido un ladrillo. Peor, utilizó sus conocimientos para lograr sus propósitos y lo demás resbaló sobre él sin empaparle.

La cultura y  el arte, en concreto,  es un tema manipulable. La cúpula nazi, como tal,  estaba interesada en el fomento de las artes. Pero no un arte cualquiera sino un arte que ha recibido el nombre nada original de arte nazi. Fueron obras de arte por y para el régimen y esto ya me plantea una primera duda. Entiendo los objetivos e implicaciones políticas de algo así, pero  pelín tramposo es un arte dirigido y nada espontáneo. Si una obra de arte tiene como objetivo prioritario ser propaganda de un ideario concreto, dictado desde el poder, aunque en su apariencia tenga ambiciones estéticas, para mí tiene más valor histórico que artístico. Si la obra únicamente va dirigida a la razón, al pensamiento único y no queda nada para la parte emocional, personal  e irracional, la función y fundamento de la misma queda muy disminuida. No obstante, no está de más echar un vistazo,  más para comprender que para sentir. 
Video de la obra de Josef Thorak, Nacionalsocialismo

Y en relación con esto me tropiezo con un tema curioso, como puro ejercicio de reflexión. Gran parte de la elite nazi organizó el robo y expolio de obras de arte de numerosos museos europeos y colecciones particulares. Grandes obras de arte que contenían ideas y expresaban formas de vivir y sentir muy alejadas de la ideología nazi. Entonces ¿qué sensibilidad realmente tenían, la que pregonaban y les era útil u otra a la que se rendían ante la evidencia de su valía pero a la que únicamente ellos creían estar capacitados para comprender? Vida pública y/o vida privada. Adoctrinamiento y/o disfrute personal. 

 El museo de Hitler

El expolio de Europa

Y acabo con el tema trascendente, el que más me interesa y para el que no tengo ni vías de aproximación.  ¿La educación es el método infalible para hacer mejores personas? ¿El educar la sensibilidad nos hace mejores? Siempre he pensado que sí, que así es para la inmensa mayoría de las personas. No obstante, y la tozuda historia así lo constata,  no hay regla sin excepción. Depresión total. Pero Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad del País Vasco, viene en mi ayuda: “Si la presencia de valores establece una jerarquía entre las acciones y entre las personas que los encarnan, los valores mismos se disponen entre sí también según un orden de preferencia, y el valor moral ocupa la cúspide. A su lado palidecen un tanto la sabiduría, la creación artística o el carisma público: el hombre más bueno, el santo, marcha por delante del sabio, del genio o del gran estadista” Valores, valores, valores morales y educación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario