30/8/14

Historia 21. Dos Vidas

Historia


CONSECUENCIAS COLATERALES

Oslo, deutsche Kfz Panzer

Nuevamente de bruces con la guerra, la II Guerra Mundial. ¡Es tan fácil hablar de historias personales de gente anónima europea durante la segunda mitad del s.XX, tirar del hilo y acabar topándote con  la guerra¡ Llegar hasta 1945 y darte cuenta del precio de la paz. De las consecuencia inevitables y de aquellas presentadas como tales. De esa historia mínima, con nombres y apellidos que a fuerza de repetirse en poblaciones enteras, en centenares de individuos, dejó de ser menor y anecdótica. Pues en ese Big Bang europeo nos encontramos, y concretamente en la ocupación nazi de Noruega en 1940.

Ocupación, que por definición es un atropello indeseable, una mayúscula injusticia para sus legítimos ciudadanos. Allí, y considerándose su población  raza aria, se puso en práctica el “programa” Lebensborn (Fuente de vida). Gracias a él, nacieron, fruto de uniones entre soldados alemanes y mujeres noruegas, miles de niños. Puro producto raza aria. Un viva por la eugenesia y el darwinismo social. Pero ¿alguien pensó en la infancia, juventud, madurez, vejez… de ese combinado genético exitoso hecho persona una vez que los ideólogos tuvieron la mala pata de perder la guerra? En ese momento comienzan los problemas serios, en muchos casos dramáticos, para esa generación diseñada para ser el top racial europeo.

En los años 90, y relacionado con la caída del muro,  posiblemente la política internacional no había creado hasta entonces  el clima adecuado para avisar a la justicia y viniera rapidito, asociaciones de afectados, periodista, llamaron a la puerta de la justicia universal ¡Vamos despierta¡ una cosa es ser ciega y otra dormir el sueño de la bella durmiente. Esta se manifestó en forma de Tribunal de Estrasburgo.

                                   

Si toda esta historia que arranca en 1945, aprox.,  y llega hasta nuestro anuario actual (no hay que olvidar que muchos de esos protagonistas están todavía vivos), no fuera lo suficientemente oscura y terrible, en la película debemos añadir otro componente igualmente inquietante y peligroso: la STASI. La policía secreta creada en la RDA para saber en qué momento respiraba cada uno de sus ciudadanos y en qué dirección lo hacían. Esa policía de ese país inexistente antes de 1945.




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