28/2/15

Historia 27. Descifrando Enigma

Película
BORRACHERA CIENTÍFICA


Confieso una gran carencia en mi formación científica, mi resistencia a la adquisición de conocimientos abstractos de naturaleza matemática. Y no me pongo de acuerdo conmigo misma a la hora de culpabilizar, por esta lamentable situación, exclusivamente a mis chatas capacidades o compartir parte de esta culpa con el mundo educativo que no supo encender en mí la llamita de la curiosidad científica. Y quizá por este agujero negro formativo, he desarrollado una curiosidad, hasta ciento punto infantil, que provoca en mí, ante noticias y eventos científicos, un estado de absoluta admiración, reverencia, veneración religiosa. Fascinación ante lo que no  se entiende. Con la boca abierta, con gesto admirado, con las neuronas a pleno rendimiento, intento comprender la magnitud de lo que llega a mis oídos con el sello de calidad científico.

Y este afán de autodidactísmo, a nivel usuario, que me he autoimpuesto, esta cruzada contra la ignorancia científica, he decidido comenzar suave, para no provocar atragantamientos intelectuales y efectos rebotes. Estoy de suerte, se ha producido un alineamiento de astros, bueno o de intereses económicos de la empresa cinematográfica, con respecto a  mis anhelos de ampliar horizontes. Mira tú por dónde, en nada, me encuentro con dos científicos,top, top,Alan Turing y Stephen Hawking, versión mass media. El encuentro ha sido vía cinematográfica, lo sé, light, ¡pero es una forma tan placentera de acercamiento a personajes y hechos¡ Entretenimiento y divulgación, aquí el cine es el rey si consigue no traicionarse en exceso.

Husmear en la vida y obra de genios como Turing o Hawking es infinitivamente más interesante que llevar en cuenta la cantidad de novias de Ronaldo, ejercicio muy extendido. Es una magnífica ocasión para acercarnos a estos gigantes, saber más de su biografía y de su obra. Pequeños acercamientos y luego, que cada uno llegue hasta donde quiera o pueda.

Dos científicos imprescindibles pero, volviendo a las propuestas cinematográficas,  dejo de lado La teoría del todo ( con Hawking de prota.) y me centro en  Alan Turing,  Descifrando enigma. 

En la peli. encontramos la entrega apasionada del científico. El lote completo de todos los tópicos del científico aparecen en Turing: ciega pasión por su trabajo; entrega personal total; dificultad para las relaciones sociales; cierto grado de arrogancia cuando mira desde lo alto de su gran capacidad intelectual. Nosotros nos beneficiamos de esa entrega sin límites.

Se percibe el apremio de la guerra. El telón de fondo en el que transcurre la trama, el momento, momentazo, histórico en el que Turing despliega todas sus altas capacidades intelectuales: la Segunda Guerra Mundial. Atención, situación crítica. Londres bombardeada por el enemigo. La inteligencia británica ha conseguido hacerse con una máquina de cifrado alemana con la cual emiten todas sus órdenes. Se plantea con absoluta urgencia el descifrar el código nazi de la máquina Enigma para así salvar vidas aliadas y acabar con la guerra. Así pues, se reúne a la mayor cantidad de materia gris de primera calidad por m2 de toda Inglaterra para que se pongan a ello. Pensar, calcular, descifrar. Allí está Turing. Aparecen todos los argumentos para un novelón: guerra, urgencia, situaciones de vida y muerte, lucha de egos. Imposible resistirse.

Un ingrediente tecnológico, la relevancia del invento.Y llegamos a la criatura, el invento de Turing, el prota. mecánico de la película. En este momento, una pausa valorativa para darnos cuenta que estamos asistiendo al nacimiento de lo que serán nuestros ordenadores, de esa cosa tan familiar que utilizamos a todas horas, que nos hace la vida más fácil y del cual ya no podemos prescindir, ese objeto sobre el que la mayoría no tenemos ni idea cómo funciona.
Hay un momento en la peli, digna de un genio, en la que Turing, después de comprobar el nulo resultado de los grandes esfuerzos realizados por el equipo del que forma parte en su intento por descifrar Enigma, plantea a sus colegas una variación en la investigación que es de una simplicidad genial, algo en lo que solo reparan los mejores: a una máquina solo se le puede vencer inventando otra máquina superior.
Un pequeño detalle que me hubiera parecido adecuado en la peli: realizar un pequeño homenaje a los creadores alemanes de la máquina Enigma. Si bien es cierto que la creación de Turing venció a Enigma al descifrarla, no es menos cierto que la envergadura del invento fue tal gracias al reto planteado por los alemanes que fue muy elevado.

No falta, la ceguera y crueldad de la sociedad. Nosotros los europeos que nos arremangamos y fuimos capaces, a través del Renacimiento y la Ilustración, de marcar el camino por el que transitar con cierta cordura y justicia; nosotros los abanderados de las libertades políticas y de conciencia, defensores de nuestro ideario en cualquier foro o rincón escondido de esta Tierra; todos nosotros, hemos tragado durante muchos años unos sapos que es difícil imaginar cómo no nos hemos ahogamos en la digestión. ¿De qué hablo? En 1952 Turing fue condenado por ser homosexual. En 2012, 6O años después, la reina Isabel II, debido a una petición popular, lo indultó póstumamente. Silencio valorativo….

El director de la película, Morten Tyldum, ha recreado un corto espacio de tiempo en la vida de Turing, no se trata de una biografía exhaustiva del personaje, y además la esencia de lo que nos relata la conocemos casi, casi mayoritariamente. Por tanto no es el desenlace el que nos mantiene pegados a la butaca. El interés argumental está en el cómo Tyldum de una manera ágil y eficaz consigue mantener vivo el interés por la historia en todo momento. Bien es cierto que está ayudado por un grupo de actores que funcionan con la precisión y armonía de una orquesta, brillando como solistas y/o coralmente: Keira Knightley, Mark Strong, Charles Dance, Matthew Goode, Matthew Beard, Allen Leech, Tuppence Middleton, Rory Kinnear, Tom Goodman-Hill, Hannah Flynn, Steven Waddington, Alex Lawther, Jack Bannon, James Northcote, Ancuta Breaban, Victoria Wicks. Una película crece sin límites cuando los secundarios están a la altura del prota y aquí se puede comprobar esto.
En cuanto a Benedict Cumberbatch, el Turing de esta propuesta cinematográfica, sólo parabienes. Tiene una rareza personal que lo separa de otros actores y siempre está perfecto, como Sherlock Holmes, convertido en agente en El Topo, o como malo malísimo en Star Trek into darkness




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