23/4/13

HISTORIA 3. LOS MISERABLES

HISTORIA 3

Los Miserables.
Romanticismo y revuelta.

Buena parte del movimiento pictórico romántico, y alguno de sus representantes en concreto, traduce perféctamente la sensibilidad estética y la preocupación social y política que estaba viviendo la Francia de la primera mitad del s. XIX.

Esto es lo que dice Umberto Eco en su Historia de la belleza :
Rousseau, inconscientemente, expresa un extendido malestar ante la época presente que invade no solo a los artistas e intelectuales, sino también a toda la clase burguesa. Lo que une a individuos a menudo muy diferentes entre sí, que no se consolidarán hasta más tarde como clase social homogénea por gusto, espíritu e ideología, es la percepción del mundo aristocrático, con sus reglas clásicas y sus bellezas áulicas, como un mundo estrecho y frío. Este espíritu se ve reforzado por la valoración del individuo, amplificada a su vez por la competencia que se establece entre los escritores y los artistas en el libre mercado de la cultura para ganarse el favor de la opinión pública. Como en Rousseau, esta rebelión se expresa a través del sentimentalismo, la búsqueda de las emociones y de las conmociones, la valoración de los efectos sorprendentes... La rebelión de Rousseau contra la civilización se manifiesta, desde el punto de vista artístico, como rebeli´n contra las reglas y los artificios clásicos y, sobre todo, contra el clasicista por excelencia, Rafael, rebelión que de Constable a Delacroix (que prefiere a Rubens y la escuela véneta) y llega hasta los prerrafaelistas.


El Romanticismo se convierte en bandera de las jóvenes generaciones que aspiran a encarnar en la política, la literatura, la filosofía y todas las artes los principios revolucionarios que en 1814 quedan momentáneamente soterrados. El Romanticismo es antes que nada un grito de libertad; así lo resume Victor Hugo "Libertad en el arte, libertad en la sociedad; ahí está el doble objetivo". Individualismo, conversión de la intimidad en tema, representación subjetiva del paisaje, exaltación del pueblo, son algunos de los principios medulares de la nueva sensibilidad. El romanticismo se difunde con el ímpetu de una revolución; el ansia de libertad impregna las polonesas de Chopin o las obras de historia de Michelet, los cuadros de Delacroiz o los versos de Byron. En los cenáculos de de "La Joven Francia" se congregan en torno a Víctor Hugo, Berlioz, Merimée, Alfedo de Vigny, Dumas, Sainte-Beuve.
Nos encontramos con un nuevo tipo humano, que implica una relación arte-sociedad diferente. El artista deja de ser un doméstico del poder y esto favorece su esfuerzo para emanciparse de las directrices académicas. (A. Fernández)


Pero ¿Cómo se plasta pictóricamente todo este sentimiento y ansias de libertad? Más o menos de esta manera.
La pintura romántica rechaza las convenciones neoclásicas y saltando sobre ellas enlaza con los valores de la pintura barroca. Características:
- la recuperación de la potencia sugestiva del color en detrimento del dibujo neoclásico; así se liberan las formas, los límites excesivamente definidos y se divorcia el arte pictórico del escultórico.
- con el cromatismo resucitan las luces vibrantes, que refuerzan a las manchas en su tarea de destructoras de las formas escultóricas.
- las composiciones dinámicas, cuyas líneas directrices están marcadas por las posiciones convulsas y los gestos dramáticos, contrastan con las figuras quietas, verticales o sentadas, del Neoclásico.
- el culto al paisaje no es sólo una inclinación del páthos romántico sino también un recurso para desplegar colores luminosos y para encuadrar nubes eléctricas y oleajes furiosos los grupos humanos, con lo cual los objetos pierden su aspecto convencional para traducir, más allá de su dimensión visual, los estados de ánimo.
- los temas de las revoluciones políticas o los desastres que señalan un enfrentamiento fatalista con la naturaleza (como l balsa de la Medusa, de Géricault) definen la postura de los pintores, al lado de escritores, políticos y filósofos en la edificación de un mundo nuevo. (A. Férnandez)




La libertad guiando la pueblo (el 28 de julio de 1830)
DELACROIX



Este cuadro de Delacroix es una de las máximas representaciones del romanticismo francés y, además, ilustra a la perfección la época convulsa y apasionada que deja entrever la obra de Victor Hugo y la película de Tom Hooper.

No me resisto a reproducir un comentario a la obra hecho por A. Ferández.
... En una carta de 18 de octubre escribe a su hermano el general Charles Henri Delacroix: "He comenzado un tema moderno, una barricada...y, si no he luchado por la patria, por lo menos pintaré por ella".Este cuadro constituye un manifiesto de la pintura romántica. Argan ha resaltado que es la primera composición política de la pintura moderna y señala el momento en que el Romanticismo deja de mirar a la antigüedad y comienza a querer participar en la vida contemporánea.  El deseo de compromiso se evidencia al retratarse el artista en la escena (el hombre del sombrero de copa).
En vez  del color uniforme y plano prefiere la vibración de tonos diversos combinados con pincelada suelta; las fachadas y tejados de las casas de la derecha, que se yerguen cerca de Notre Dame, se resumen en una serie de pequeños toques, y el grupo de soldados (en el centro del borde derecho) no es otra cosa que un conjunto de manchas oscuras, cuya fuerza sugeridora de las formas recuerda a Goya.
La luz es una obsesión para el pintor. Estalla en la blusa del cuerpo caído en primer término, envuelve convulsivamente la figura de la Libertad, disuelve entre , humos y brillos las nubes y casas del fondo. Es una luz violenta que presta a la escena su atmósfera tensa.
La profundidad, en relación con el primer término, vuelve a ser un elemento de la composición. En este caso al fondo hay un piquete que dispara, en el primer término cuerpos caídos.
Color, luminosidad, profundidad, son tres rasgos intensificados en la obra de Delacroix. Pero es evidente que lo que distingue a la La Libertad... es el movimiento; nos encontramos ante una composición dramática, en la que se ondulan las líneas y las pinceladas de color, en la que los personajes hacen gestos de arenga con un impulso que transmite a los miembros la pasión de los sentimientos. Todas las formas están recorridas por un temblor ondulante, por una especie de terremoto interior. En la la figura central se ondula la bandera, el cabello, el cinturón, la tela; el muchacho de su derecha flexiona los brazos, las piernas, la figura del pañuelo, que se incorpora, echa para atrás su cabeza mientras parece caerse; los cuerpos del suelo tienen dobladas las pieranas, o el cuello... resulta difícil encontrar una forma recta o imposible percibir una figura estática, o serena, o indiferente. Todo está en tensión revolucionaria.

A mi, me resulta difícil ver el cuadro y no pensar en las escenas finales de la peli, todos cantando a coro en plan apoteosis final (bueno, asociaciones de ideas mías).






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