30/3/14

Historia 16. Operación dulce, IAN MCEWAN

libro

LABORES HECHAS CON DISCRECIÓN

Ojo a este comienzo “Me llamo Serena Frome () y hace casi cuarenta años me encomendaron una misión secreta del Servicio de Seguridad británico. No salí indemne. Me despidieron dieciocho meses después de mi ingreso, tras haberme deshonrado y  haber arruinado a mi amante, aunque sin duda él colaboró en su perdición.” Con un comienzo tan embaucador como éste ¿quién se resiste?  He caído de hoz y coz en las redes de Ian Mcewan. ¡qué seguro debía de estar de poder atrapar al personal con un inicio en el que desvela el final!  La historia gira en torno a Serena Frome, joven estudiante de Cambridge, que es reclutada por el M15 en el Londres de 1972. Debe ayudar a escritores, que sin ser conscientes de ello, contribuyan a combatir al comunismo con su trabajo editorial. Su vida se complica, algo más todavía, cuando entra en contacto con el escritor Tom Healy. Reconozco que el combinado que supone mezclar una trama de espionaje, una prota. con pasión compulsiva por la lectura y un momento histórico movidito como la Inglaterra de principios de los años 70, todo ello bien mezclado con la sal y pimienta que le aporta el trasfondo de la Guerra Fría, me parece sumamente apetecible. Dicho y hecho. Digestión hecha.

El hombre, desde que el mundo es mundo, siempre ha espiado a su vecino. Por todo tipo de motivos, con la tecnología a su alcance y con repercusiones variables. Pero lo ha hecho. Aquí, Mcewan nos lleva a los años de la Guerra Fría. Es una de las épocas de nuestra historia reciente que más se ha espiado y sobre la que la literatura y el cine se han volcado sin disimulo y con mucho placer. Por esto último, tenemos en la cabeza el tipo-base de espía fuerte, duro, frío, ambicioso,  resolutivo y exitoso. Vamos un James Boon que incluso cae bien en cualquiera de sus versiones. Sus aventuras son fabulosas y él siempre está a la altura. Me da que la realidad, en muchas, muchas ocasiones, dista de esta vida tan atractiva. Por no hablar de sus relaciones sentimentales, un amor en cada puerto o misión.  Disfrute y portazo, sin lazos ni trabas, un jolgorio. Pues nuestra Serena Frome, tiene pocas de las características del espía tipo y su misión, a priori, no sería de las de coger la maleta cada semana y afanarse en salvar al mundo. Mcewan, nos presenta un espionaje pelín desmitificano y seguramente más real. El inicio de Serena en el MI5 “Del mismo modo que a un recluta del ejército lo obligan a asumir su nueva vida pelando patatas y restregando la explanada del desfile con un cepillo de dientes, yo me pasé los primeros meses compilando listas de miembros de sedes provinciales del partido comunista de Gran Bretaña y abriendo expedientes sobre todos los que todavía no estaban fichados” Mucho glamour no veo yo, aunque tratándose de espías, el precio que paga el protagonista siempre está ahí. 

¡Qué forma de leer! ¿Leer o devorar? Con el paso del tiempo y de las páginas se depura y agiliza el mecanismo de la lectura, pero creo que lo de la prota supera a la media de los que se consideran buenos lectores. Lectura en diagonal, dos líneas a un tiempo... pero aún y con eso ¡qué velocidad! Si yo pudiera... acabaría con mis listas de espera pero no sé si no acabaría haciendo un refrito de personajes, situaciones y tramas que anularían los avances hechos. Por ahora me conformo con leer cada vez más rapidito pero me concedo la gracia de poder releer un párrafo que me ha gustado. Eso sí, si el libro no avanza o no está a la altura y se cae de las manos... lo dejo caer, la vida es breve. Se puede leer por muchos motivos. Por pasar el rato, por conocer, divertirse, viajar, sentir, por evadirse, por curiosear,  por costumbre... Serena dice “Leer era mi manera de no pensar en las matemáticas. Más aún (¿o quiero decir menos?), era mi forma de no pensar” Salir corriendo de la propia realidad y trasportarte a otra, bien. También es una buena razón. Yo las asumo casi todas ¿Y qué decir del catálogo de escritores que desfilan por las hojas de la novela?  A. Solzhenitsyn,  Ian Fleming, Orwell, Winston Churchill, G.M. Trevelyan, Malcon Bradbury, A.S. Byatt, Willian Trevor,  Byatt, Drabble, Mónica Dickens, Elizabeth Bowen...Una muestra, hay más. Lamentablemente no estoy muy fuerte en literatura inglesa, algo que se puede remediar teniendo este despliegue de autores delante, puede que me anime. Reconozco que con esta carencia me pierdo algo de lo que para el autor es importante. Está rindiendo homenaje al oficio de escribiente, a los mundos paralelos que se construyen con esto de juntar letras, a las posibilidades de conocimiento, de escape y de sueño. Aunque no es gratuito el reconocimiento, hay un precio y algunos autores lo pagan. Bueno no digo más. Se respira literatura desde el principio hasta el final.  

Siempre encuentro cosas (descripciones, reflexiones, situaciones...) que están en el libro cumpliendo su papel, pero que se pueden disfrutar en por separado, a sorbos: las cosas impares  que me gustan. Aquí va alguna.
            La seducción del madurito, experimentado y poderoso “Podían ser encantadores y hasta ingeniosos, y el tufo de puros y de brandy que arrastraban conferían al mundo densidad y orden. Tenían un alto concepto de sí mismos pero no parecían deshonestos y poseían, o daban la impresión de poseer, un intenso sentido del servicio público. Se tomaban en serio sus placeres (el vino, la comida, la pesca, el bridge, etc) y era patente que algunos habían librado una guerra interesante.” Menuda radiografía de una categoría de hombre.
            El inglés riéndose de sí mismo. El estilo del periódico Times : “ A primera vista, la prosa se asemejaba a un problema de ajedrez. Así me enganchó. Admiraba aquellas declaraciones rotundas y altaneras sobre cuestiones de interés público. Las opiniones eran un tanto opacas y nunca estaba de más una referencia a Tácito o Virgilio. ¡Tan maduros! Yo pensaba que cualquiera de aquellos escritores anónimos era apto para ser el presiente del mundo.”
            Bonito. “Al clarear me convencí de que el cansancio me había nublado la memoria, que había confundido la intención con el acto, que había dejado el libro sin el marcador. Me había asustado mi propia sombra. La luz del día parecía entonces la manifestación física del sentido común.”
            Sugerente “Contemplar cuadros con un desconocido es una forma discreta de exploración mutua y ligera seducción”
            Sobre algo que todavía se desconoce. “Edgard Thomas. Y el poema..., un texto dulce y anticuado. Muy poco que ver con los que causan revoluciones poéticas. Pero es precioso, uno de los más famosos y más admirados de la lengua. Es maravilloso que no lo conozcas. ¡Te queda tanto camino por delante!” La envidia que da una persona que no ha visto, leído o experimentado algo, mientras que uno ya ha pasado por ese momento maravilloso, y  sabe que no se va a poder repetir con esa intensidad.

Temas interesantes que asoman al libro (Sin explicaciones únicas) “Aquí estaban el lujo y los privilegios de los hombres bien alimentados que se mofaban de todas las esperanzas de progreso ajenas. T. H. Haley no debía nada a un mundo que le nutría bondadosamente, que le había educado con generosidad, no le había enviado a ninguna guerra, le había conducido hasta la edad adulta sin rituales de terror ni hambre ni miedo a los dioses vengativos, que  le había dotado de una bonita pensión a los veinte años y no ponía límites a su liberad de expresión. Aquello era un nihilismo fácil que nunca dudaba de que todo lo que habíamos hecho era una porquería, nunca pensaba en proponer alternativas, nunca extraía esperanza de la amistad, el amor, los libres mercados, la industrial, la tecnología, el comercio y todas las artes y ciencias”  Ian Mcewan se muestra ácido, crítico, ante una generación que lo ha tenido más fácil que sus padres y no es capaz de separar lo bueno de lo malo, de reconocer y agradecer lo logrado y trabajar para cambiar lo mejorable. Siempre habrá cruzadas por las que luchar ¿y ganas?
Mcewan también me deja pensando, ¿hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar por ambición personal o triunfo social? Otro de esos temas filosóficos, éticos y cotidianos a un tiempo, a los que contestaríamos teóricamente y la realidad, tal vez, nos haría desdecirnos.


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